Por Pau Ramírez
RIO DE JANEIRO, 12 jun (Xinhua) -- El 5 por ciento de los menores brasileños de entre 5 y 17 años, que equivalen a unos 3 millones de niños y adolescentes, están sometidos a trabajo infantil en Brasil, según informó hoy el gobierno brasileño.
Los datos presentados por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil celebrado este lunes en todo el mundo, demuestran la explotación sin restricciones de la mano de obra infantil en el país.
El trabajo infantil en Brasil se detecta en semáforos, basureros, ferias, restaurantes, industrias, el campo o dentro de casa, lo que niega a casi 3 millones de niños y adolescentes sus derechos a la infancia y a la educación.
De acuerdo con el reporte, el país registra desde 2013 un aumento en los casos de trabajo infantil entre niños de 5 a 9 años.
En 2015, año de la última encuesta del IBGE, casi 80.000 niños trabajaban en esa franja de edad, en que cerca del 60 por ciento se ubicó en el área rural de las regiones del norte y noreste.
Representantes de la Red de Protección a la Infancia de Brasil afirman que la cifra es preocupante y debe ser destacada en las campañas que marcan el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
La efeméride fue creada hace 15 años por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con el fin de promover acciones en todo el mundo y movilizar a diferentes actores en la lucha contra estas actividades laborales de menores.
La socióloga y secretaria ejecutiva del Foro Nacional de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (FNPETI) de Brasil, Isa Oliveira, sostuvo que dicha realidad es inaceptable.
"Es inaceptable que niños de 5 a 9 años estén trabajando. La mayoría de ellos trabaja con las propias familias en el cultivo de hortalizas, maíz, crianza de aves y ganadería", señaló la representante del FNPETI, uno de los organizadores de la campaña en Brasil.
Indicó que se deben "conocer y analizar esos datos específicos para basar decisiones políticas o la implementación de acciones y programas que den una respuesta a esa grave situación".
Según el FNPETI, otro de los puntos que debe ser recordado durante la campaña, es que Brasil no cumplió la meta firmada ante la OIT en el sentido de eliminar las peores formas de trabajo infantil en 2016.
Entre las formas más graves descritas en la Convenio 182 sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil de la que Brasil es signatario, están la esclavitud, el tráfico de estupefacientes, el trabajo doméstico y la explotación sexual, en que las dos últimas tienen como víctimas principales a niñas negras.
"Nuestra propuesta este 12 de junio es cuestionar al gobierno sobre el no cumplimiento de la meta y que esa evaluación nos dé argumentos para una toma de decisión en el sentido de reafirmar el compromiso por la prevención y eliminación del trabajo infantil", dijo.
Oliveira complementó que Brasil tiene ese compromiso y que "la prohibición del trabajo infantil está en la legislación brasileña, en particular en la Constitución".
La Constitución brasileña prohíbe a menores de 16 años la ejecución de cualquier trabajo, salvo en la condición de aprendiz a partir de los 14 años.
En el caso de las actividades de aprendizaje, el trabajo no puede ser nocturno, peligroso o insalubre, incluso para personas de entre 16 y 18 años, además de que tampoco debe perjudicar la frecuencia y el rendimiento escolar.
La prohibición está reforzada por el Código Laboral, que restringe la posibilidad de trabajo a menores de 16 años, solo a casos autorizados por la justicia.
Según el Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE) de Brasil, la meta de erradicación de las peores formas fue aplazada para 2020, mientras que la de todas las formas de trabajo infantil se hizo para 2025.
De 2006 a 2015, el MTE realizó casi 47.000 acciones de fiscalización que resultaron en la retirada de 63.846 niños y adolescentes del trabajo.
La legislación internacional define el trabajo infantil como aquel en que niños o adolescentes están obligados a efectuar cualquier tipo de actividad económica, regular, remunerada o no, que afecte a su bienestar y desarrollo físico, psíquico, moral y social.