Por Raimundo Urrechaga
LA HABANA, 13 jun (Xinhua) -- Muchos rumores circulan en las calles de la capital cubana sobre un posible cambio en la política de Estados Unidos hacia la isla caribeña, el cual puede dar marcha atrás a la apertura iniciada a finales de 2014 por el entonces presidente de ese país, Barack Obama.
Según los medios de comunicación estadounidenses, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciará el viernes en la ciudad de Miami, Florida, un viraje al "deshielo" entre Washington y La Habana, una promesa que hizo en su campaña electoral el año pasado.
Para los cubanos, este posible escenario es una regresión al pasado, marcado por la confrontación política y limitaciones económicas, debido al bloqueo financiero que Washington mantiene contra la Isla.
"Sería un gran error en la política del presidente Trump hacia Cuba, pues aquí Estados Unidos tiene muchas posibilidades para invertir y aportar al desarrollo económico del país", aseguró a Xinhua, Javier Casamayor, un guía de turismo de la agencia Gaviota.
Esta firma, que forma parte de un conglomerado empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), opera junto a la compañía estadounidense Starwood un hotel cinco estrellas en La Habana.
Según los medios de comunicación estadounidenses, Trump evalúa incluir en su nueva política una prohibición a las firmas estadounidenses para que hagan negocios con empresas asociadas a las fuerzas armadas cubanas, como es el caso de Gaviota.
"El turismo se vería muy afectado, pues desde que se iniciaron las relaciones los norteamericanos constituyen el segundo emisor de visitantes a nuestro país y si Trump los limita para venir a Cuba entonces habría un impacto económico directo", explicó Casamayor.
En los primeros cinco meses del año, 284,565 ciudadanos estadounidenses visitaron Cuba bajo las 12 categorías que permite el gobierno de Washington y que incluyen contactos pueblo a pueblo, intercambios académicos, culturales y educativos.
La cifra, divulgada este martes por el embajador cubano en Washington, José Ramón Cabañas, representa la misma cantidad de estadounidenses que visitaron Cuba en todo 2016.
"No estoy segura que revertir esa política vaya a funcionar y hoy Cuba es un destino muy interesante para los norteamericanos. Esto no se trata de lo que quiera Donald Trump, sino lo que la mayoría de los estadounidenses exigimos", señaló a Xinhua, Mac Josselin, una visitante estadounidense que recorría el casco histórico capitalino de La Habana.
Al igual que Josselin, miles de estadounidenses y organizaciones de ese país abogan por continuar el deshielo, pues contribuye al desarrollo de ambas naciones separadas por unas 90 millas (unos 145 kilómetros) de distancia.
Un sondeo publicado el lunes por la organización Engage Cuba Coalition desmonta el estereotipo de que los republicanos se oponen a las políticas implementadas por Obama, en relación con la isla.
El estudio realizado por Engage Cuba Coalition, integrada por varias compañías privadas favorables al acercamiento bilateral, apunta que el 64 por ciento de los votantes republicanos apoya mantener los cambios que efectuó Obama, mientras que solo el 22 por ciento se opone.
"Creo que Trump cambiará la política y volveremos al pasado. Será más difícil para los norteamericanos venir a Cuba y quizás regresemos a la confrontación, aunque espero que prevalezca el sentido común", dijo a Xinhua, Emilio de León, un cubano-estadounidense que visita la isla por estos días.
Aunque Trump no cerraría la embajada de Estados Unidos en La Habana, sí se anticipan medidas por parte de los departamentos de Estado y de Tesoro en temas económicos, así como una reducción en la cantidad de categorías que no requieren licencias del gobierno estadounidense para que sus ciudadanos puedan visitar Cuba.
La Casa Blanca también exigiría al presidente cubano, Raúl Castro, mayor acceso a Internet para sus ciudadanos, la liberación de presos y la entrega de fugitivos estadounidenses que se encuentran en la isla, según ha informado la prensa estadounidense.
El mandatario cubano anunció este año que la isla está dispuesta a continuar cooperando y negociando los asuntos bilaterales pendientes con el nuevo gobierno de Estados Unidos, pero advirtió que La Habana no realizará concesiones inherentes a su soberanía para tener mejores relaciones con Washington.
"Si Trump da marcha atrás a este acercamiento sería un retroceso de lo poco que hemos avanzado entre los dos países y nunca tendríamos el fin del bloqueo económico, realmente no es justo", declaró a Xinhua, Consuelo Pérez, una jubilada cubana.
Antes de concluir su mandato, el ex presidente Obama eliminó la controvertida política "pies secos-pies mojados" que otorgaba tratamiento migratorio especial a los cubanos y les permitía permanecer en territorio estadounidense.
Además, las autoridades de ambos países firmaron más de 20 acuerdos de cooperación en diversas áreas y varias compañías estadounidenses iniciaron con éxito sus operaciones en Cuba.
Airbnb, la mayor compañía mundial para reservaciones de alojamiento a través de internet, difundió la semana pasada que sus anfitriones en Cuba obtuvieron casi 40 millones de dólares en ingresos desde que entró en el mercado cubano a principios de 2015.
Google instaló servidores en Cuba para acelerar la descarga de sus productos y servicios, en tanto que numerosas compañías de cruceros de EEUU operan desde el año pasado hacia La Habana y otras ciudades del país.
"Realmente los intercambios entre los dos países han crecido mucho, pero lo más importante es que se ha demostrado que con diálogo, respeto y entendimiento se puede avanzar para beneficiar a ambos pueblos", comentó a Xinhua, Yosvany Quiala, un ingeniero cubano de 32 años.
"Obviamente Trump está tratando de complacer a un sector que todavía está arraigado en el pasado, pensando en cosas y políticas que ya no existen y que no van a volver nunca", dijo a Xinhua, Nélson López, un estudiante universitario cubano.
En diciembre de 2014, en el mayor cambio en las relaciones entre La Habana y Washington en cinco décadas, Obama anunció planes para normalizar los lazos con Cuba, una medida que suscitó el apoyo de la mayoría del pueblo estadounidense.
A partir de entonces mejoraron los lazos diplomáticos, sociales y comerciales entre los dos países, lo cual generó un "boom" turístico en Cuba.