Por el caso, la Fiscalía abrió cinco expedientes en los que se investigan presuntos delitos de concusión, asociación ilícita y lavado de activos.
Además, hasta ahora se ha procesado a ocho personas con formulación de cargo, seis de las cuales están privadas de la libertad y dos con arresto domiciliario.
El vicepresidente Glas recordó ante la Comisión de la Asamblea que en marzo pasado él mimo solicitó a la Fiscalía que inicie todas las "investigaciones de rigor" dentro de los casos en los que se lo quiere relacionar.
Glas desafío a que lo "auditen por el resto de mi vida, cuando deje de ser servidor público. Tengo dos auditorías patrimoniales, mi patrimonio es público", subrayó tras anotar que no tiene cuentas en paraísos fiscales.
El vicepresidente dijo que defenderá su honra e ironizó que "solo falta que me quieran hacer juicio político (la oposición) con recortes de periódicos".
El funcionario afirmó que "ya no podemos hablar de Odebrecht como empresa, es una mafia organizada", y pidió que se auditen todos los contratos de la multinacional desde hace 40 años atrás.
Glas recalcó que en mayo pasado pidió que se lo llame a declarar a él, a su esposa y a todos los ministros, ex ministros, gerentes y ex gerentes de empresas públicas del gobierno de Correa, y de administraciones anteriores, desde 1987, que hayan ejecutado contratos con la empresa brasileña.
"Qué se investigue todo y a todos, nadie está por encima de la ley", dijo tras reiterar que detrás de esto están ciertos actores políticos que intentan desestabilizar al gobierno.
"Aquí hay un golpe de Estado blando en marcha, primero Glas, después Lenín (Moreno), (pero) a mí no me van a doblar", apuntó.
Glas finalizó su comparecencia señalando que "me tienen sin cuidado las delaciones de los que buscan reducir su condena a punta de dinero, no les tengo miedo", en referencia a ejecutivos de Odebrecht.