BEIJING, 17 ago (Xinhua) -- La economía china ya no está creciendo a la deslumbrante velocidad a la que lo hacía, pero todavía puede ofrecer a los inversionistas mundiales muy buenas oportunidades ahora que está concentrada en la reestructuración y la desactivación de posibles amenazas a la sostenibilidad.
Después de una recuperación en los primeros dos trimestres de este año, los indicadores clave, incluyendo la producción industrial, las inversiones, las ventas minoristas y los nuevos préstamos, crecieron menos de lo que se esperaba en julio, lo que puso nervioso a los mercados mundiales.
La preocupación es entendible, dado el papel que China ha desempeñado en la economía mundial. Al aportar una tercera parte del crecimiento mundial, cualquier retroceso asolará todo el mundo.
Sin embargo resulta precipitado y demuestra una visión cortoplacista el reaccionar de forma exagerada a un impulso más débil.
Si se analiza a fondo, se nota que está en marcha la transición deseada de una economía de alto crecimiento a una de ritmo moderado, con estructura optimizada para dejar el patrón orientado a las inversiones y a las exportaciones insostenibles para adoptar uno basado en el consumo, el sector servicios y la innovación.
El consumo contribuyó al 63,4 por ciento del crecimiento del primer semestre y se expandió 10,4 por ciento en el mismo período, lo que representa una ligera aceleración respecto del primer semestre de 2016.
La cada vez más creciente demanda interna se convertirá en una importante fuente del crecimiento dirigido a las exportaciones de los principales socios comerciales de China, si estos abren sus mercados a las compañías chinas.
El sector servicios, que ya representa el 54,1 por ciento de la economía, mantuvo un firme crecimiento en el primer semestre. Las industrias de fabricación de equipo y alta tecnología registraron un crecimiento mayor que el de la producción industrial en su conjunto.
En lugar de levantar barreras al comercio y a la inversión, China se ha esforzado por abrirse aún más, lo que significa que los inversionistas mundiales podrán tener más oportunidades en el mercado incluso si se desacelera el crecimiento.
El miércoles, China anunció una serie de medidas para atraer inversionistas extranjeros, incluyendo facilidades de acceso y mejor protección de los derechos de propiedad intelectual.
Además de los sacrificios por la reestructuración, la economía también está bajo estrés por las campañas de eliminación de exceso de capacidad, así como de la contención del apalancamiento y las burbujas de activos, pero el gobierno prefiere sacrificar el crecimiento de corto plazo para lograr un desarrollo de largo plazo.
El desafío radica en lograr un equilibrio entre estabilizar el crecimiento e impulsar estos frentes, algo que el gobierno ha realizado de forma adecuada.
Mientras inicia la recuperación mundial, China, aunque en desaceleración, seguirá siendo un importante motor de la economía mundial.
(Web editor: Felipe Chen, Rosa Liu)