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30 años viajando en tren por toda China

Pueblo en Línea  2017:08:24.15:08

30 años viajando en tren por toda China

Un tren chino en Sanya, Hainan, 1993. [Foto: Bruce Connolly]

Tianjin, 24/08/2017 (El Pueblo en Línea) - En el tren que cubre la ruta Tianjin a Beijing la pantalla de la cabina cifra 304 kilómetros por hora. El primer servicio ferroviario de alta velocidad de China comenzó ha rodar hace nueve años entre las dos norteñas ciudades, cubriendo 117 kilómetros en tan sólo 30 minutos. En aquel entonces, ya ese era el tren convencional más rápido del mundo. En un intento por expandir la experiencia a otras zonas del país, la alta velocidad se extendió en el 2005 entre Shenyang y Qinghuangdao, aunque limitado a 160 kilómetros por hora.Ya en el 2016, la red de alta velocidad de China cubría 22.000 kilómetros, con planes de llegar a los 30.000 kilómetros para el 2020.

Actualmente la red ferroviaria de China supera los 121.000 kilómetros y sigue creciendo en extensión y calidad.

Al repasar los hechos, mi pensamiento regresó al año 1987 cuando comencé a viajar por toda China utilizando sus trenes. Fue y sigue siendo una experiencia única y diferente. Desde Beijing hacia Guangzhou, fueron dos noches en un vagón sin aire acondicionado del "Tren Verde", dos noches desandando el principal corredor del ferrocarril norte-sur. Virtualmente todos los trenes subían y bajaban por esa línea clave. No habían autopistas y las carreteras eran locales. Además, el servicio áreo era irrisorio comparado al nivel que hoy tiene China.

Ese primer viaje en tren me reveló una China muy hermosa, paisaje que nunca antes había podido apreciar. Fue una extraordinaria oportunidad para conocer gente, degustar comidas, pasar tiempo con ellos y ser despertado al amanecer por mis compañeros de tren cuando nos acercamos a Zhengzhou y exclamaban: "Mira, estamos cruzando el Río Amarillo".

Este viaje también me permitió conocer algunos de los tempranos logros de la ingeniería de caminos, particularmente el puente Wuhan sobre el río Yangtze inaugurado en 1957. En 1996, caminaría a través de otro gran puente sobre el Yangtze terminado en1968, pero esta vez en Nanjing. La línea sur de Beijing a Wuhan comenzó a operar en 1906 y se extendió hasta Guangzhou en 1938. Antes de que el puente funcionara, los vagones de ferrocarril tenían que ser transportados por el río. Ahora la línea férrea atraviesa las montañas de Hunan y Guangzhou a través de largos túneles y viaductos. Algo que pronto me di cuenta fue que los ferrocarriles de China en su mayoría siguen líneas rectas y si hay una montaña, pues se hace un túnel.

Nada los detiene. Uno de los pocos trenes de asientos blandos y aire acondicionado en China en ese momento transportaba pasajeros a lo largo de la antigua KCR (Kowloon Canton Railway) con destino a Hong Kong. Muy pronto, y en solamente 10 horas, los trenes de alta velocidad conectarán directamente Beijing con Hong Kong.

Desde 1987, los ferrocarriles de China han sufrido una transformación dramática y muy difícil de comprender por alguien que no la haya vivido en sus propios viajes.

Para un país como China con tanta diversidad geográfica, el ferrocarril ha sido durante mucho tiempo la única opción factible y segura para la conectividad nacional, unido a la capacidad de transportar eficientemente a tanta población, incluso en períodos críticos como el Festival de Primavera (Año Nuevo Chino).

El tribunal de Qing consideró a los motores de vapor como "ingeniosos pero inútiles artilugios extranjeros". Fueron rápidamente desmantelados. El ferrocarril Woosong-Shanghai de 14,5 kilómetros, financiado por empresarios británicos abrió sus puertas en 1876 y cerró 16 meses después. En 1881, una línea de 12 kilómetros llevó el carbón de Tangshan a Xugezhuang, un punto de intercambio para el canal y las conexiones fluviales hacia Tianjin y Beijing.

A lo largo de los años, ha sido fascinante viajar a lo largo de líneas asociadas con el desarrollo ferroviario de China, caminos que han configurado la China que tenemos hoy en día.

En 1999, abordé el ferrocarril de vía estrecha desde Kunming a Hekou -punto de cruce del Río Rojo (Honghe) hacia Vietnam - construido parcialmente por los franceses en 1910 para extraer el estaño de Yunnan y también para dibujar la zona al estilo francófilo. A pesar de que ese servicio de pasajeros se canceló en 2005, aún continúa transportando fletes. La buena noticia: un ferrocarril de calibre estándar ahora une a Hekou con Kunming y Dali.

Por otra parte, las líneas férreas de Dongbei revelan una conexión histórica larga con Rusia y con el sistema transiberiano. En el distrito de Lushun en Dalian, extremo sur del antiguo Ferrocarril Oriental de China, todavía hay una estación con motivos rusos.

En 1911, a pesar de su gran tamaño, China tenía apenas 9.000 kilómetros de líneas férreas, incluyendo el famoso ferrocarril Beijing-Zhangjiakou creado en 1908 a través del paso Badaling por Zhan Tianyou. Extendida a Baotou en Mongolia interior, esa línea sustituyó el transporte a camello y conectó directamente a Beijing con la Ruta de la Seda.

Distinguidos líderes como el Dr. Sun Yat-sen vieron en el transporte ferroviario un sector a desarrollar. De hecho, los ferrocarriles han sido considerados desde hace tiempo como esenciales para el crecimiento, la estabilidad y la conectividad de China. Sin embargo, durante medio siglo el desarrollo del país se vio frenado por la guerra y los conflictos internos. En 1951, la red utilizable cifraba solamente 22.000 kilómetros, dependiendo casi totalmente del vapor. Pero el período de desarrollo ferroviario estaba a punto de comenzar con algunos logros increíbles de ingeniería que crearon oportunidad en terrenos muy difíciles y unieron el suroeste y noroeste con la costa oriental. Debido a la reubicación de industrias estratégicas hacia provincias como Sichuan, se construyeron ferrocarriles que, incluso hoy en día, se erigen como destacables logros chinos. Líneas en las que he viajado, siempre cautivado por la genialidad de su construcción, que hacen correr los trenes por zonas donde aparentemente era imposible desplazarse.

En diciembre de 1949, Deng Xiaoping, entonces secretario de la Oficina del Sudoeste, propuso la construcción de un ferrocarril entre Chengdu y Chongqing. Terminado en 1952, fue el primero construido después de la instauración de la República Popular China. Electrificada en 1987, en el 2008 la línea transportaba 90 millones de toneladas de carga y 70 millones de personas anualmente. En abril del 2017, un tren de alta velocidad me transportó en menos de dos horas entre ambas ciudades. Estaba en Chengdu para emprender un viaje a lo largo de una línea que se destaca en la historia de la China moderna, una línea que había experimentado por primera vez en 1994. El tren T8 partió de Chengdu a las 9 de la mañana llegando casi 28 horas más tarde a Beijing. Durante las horas del día se apreciaban los atractivos paisajes montañosos de Sichuan, Gansu oriental y Shaanxi meridional. La línea se propuso originalmente bajo el Plan Ferroviario Nacional de China de Sun Yat-sen en el 1913 para conectar Datong con Chengdu. Inaugurada en 1958, la sección Baoji-Fengzhou fue electrificada en 1961, la primera electrificación ferroviaria de China. Las secciones de la línea Baocheng en Sichuan fueron gravemente dañadas durante el terremoto del 2008.

A finales de este año, el ferrocarril de alta velocidad Xi'an-Chengdu concretará otro hito de la ingeniería china.

Chengdu fue el comienzo de otra asombrosa proeza de ingeniería ferroviaria: la línea de Chengkun hacia Kunming, capital de Yunnan. Construido entre 1958 y 1970 recorre 1134 kilómetros a través de una zona muy accidentada y una compleja mezcla de túneles conectados por viaductos cortos. Muchos viajeros utilizaron esta línea como una manera de alcanzar Lijiang en Yunnan por el autobús de Panzhihua. Hoy, Lijiang se sirve directamente por el tren de Kunming. De hecho, cada recorrido a Yunnan implica espectaculares viajes en tren. En 1995, mi primera aventura en esa provincia del suroeste fue de 47 horas desde Beijing pasando por Hunan, Guizhou y Yunnan, dentro de un tren que a veces, literalmente, se aferraba a los acantilados y sobre los valles profundos donde muchas personas cultivaban las laderas. Fascinante manera de ver y apreciar parajes remotos, impresionantes y fascinantes. Hoy en día, los viajeros con prisa pueden llegar a Kunming desde Shanghai en menos de 11 horas utilizando el "Gaotie" (tren de alta velocidad). Sin embargo, para mí los trenes convencionales y más lentos me ofrecen el tiempo necesario para impregnarme del paisaje y bajar en las paradas de camino para degustar los alimentos locales, valor agregado del viaje en tren.

El Corredor Hexi, que lleva la legendaria Ruta de la Seda entre Gansu y el extremo occidental de Xinjiang, ha sido durante siglos una línea esencial de conectividad con Asia Central. La construcción entre 1952 y 1962 condujo a la implementación de un ferrocarril que avanza a través de algunos de los terrenos más inhóspitos y menos poblados de China. Ahora conecta vía Kazakhstan a Europa. Ese ferrocarril me llevó hacia el oeste más allá de la Gran Fortaleza de Jiayuguan y el Lago del Cielo.

Un viaje a Ningxia me demostró otro de los grandes logros ferroviarios de China: domar las arenas del desierto. En Shapatou las vías férreas bordean el río Amarillo y enrutan hacia Lanzhou. Era algo que los escépticos afirmaron que era imposible, pero al igual que el ferrocarril Lhasa y el desarrollo de una red de alta velocidad es tarea hecha y en movimiento.

Gracias a estos incesantes logros, hoy China lidera el sector mundial de construcción de ferrocarriles y su desarrollo.

 


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(Web editor: Elena G., Rosa Liu)

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