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El camino para la reconciliación en Colombia

Actualizado a las 16/09/2017 - 14:47
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BOGOTA, 15 sep (Xinhua) -- Más allá de la firma del acuerdo de paz, la reincorporación de los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a la vida civil en el país supone retos que toda la sociedad debe afrontar para encontrar el camino de reconciliación.

Recientemente el gobierno colombiano informó sobre el desembolso de más de 233 millones de dólares para concretar los beneficios salariales contemplados en el acuerdo de paz para los excombatientes desmovilizados. Este paso determina nuevas oportunidades para que cerca de 10 mil ex guerrilleros de las FARC inicien una nueva vida en la legalidad.

Joshua Mitrotti, director general de la Agencia Colombiana para la Reintegración, explicó a Xinhua la naturaleza de estos beneficios que buscan que los exguerrilleros de las FARC se sumen a la sociedad civil colombiana y no reincidan en actos delictivos ni retornen a hacer parte de otros grupos al margen de la ley.

"Lo que nos plantea el modelo de reincorporación de ex combatientes de las FARC es que será una reincorporación colectiva sin desconocer las libertades individuales. Durante los siguientes 24 meses aportaremos unas mesadas de 2 millones de pesos (660 dólares) a cada ex guerrillero y vamos a dar un apoyo para la normalización de 8 millones de pesos (2.660 dólares), por una sola vez en la vida, a quienes tengan un proyecto productivo", señaló Mitrotti.

El funcionario destacó las virtudes de los procesos de reintegración que durante los 14 años de la existencia de la Agencia ha acogido un total de 50.598 integrantes de diferentes grupos armados ilegalmente, de los cuales 18.129 han culminado el proceso exitosamente y 12.578 hacen parte de la población en proceso de reintegración.

Mencionó las ventajas de estos programas, en los que los involucrados presentan una mejoría del 90% en su calidad de vida, frente a los procesos de reclusión en cárceles que, de acuerdo a las estadísticas oficiales presentan sólo un 30 por ciento de resocialización exitosa.

"El proceso de reintegración vale en promedio 5.700.000 pesos al año por persona (1.900 dólares) y la tasa de éxito está alrededor del 76% (...) de 10 personas que han ingresado al proceso, 8 quedan afincados en la legalidad, en la ciudadanía, en la profundización y ampliación de la democracia", explicó.

LA ECONOMIA SOLIDARIA

El lanzamiento el pasado 4 de julio de la cooperativa Economías Sociales del Común, ECOMUN, fue el inicio de la instauración del sistema económico que las FARC implementará dentro de sus integrantes.

Basada en el sistema de economía solidaria y enfocada en la reincorporación integral de los excombatientes, además del fortalecimiento de las comunidades donde ahora están asentados, ECOMUN está respaldada por la Agencia Colombiana para la Reintegración y en palabras de su director es una oportunidad para que en Colombia se visualicen otros sistemas económicos alternativos que propendan por el bienestar colectivo.

Por su parte, Rafael Malagón, representante legal de ECOMUN, dijo a Xinhua que este sistema cooperativo contempla la participación equitativa de todos los integrantes de las FARC y proyecta el desarrollo de las comunidades más afectadas por el conflicto armado en Colombia.

"ECOMUN se rige por los principios de la democracia interna y la dirección colectiva, que garantizan la buena administración y el ejercicio pleno de deberes y derechos de sus asociados y asociadas", señaló Malagón.

Para el integrante de las FARC los principales obstáculos en el desarrollo de esta iniciativa económica solidaria está en "los incumplimientos oficiales y una burocracia corrupta más preparada para las operaciones de la guerra que para las operaciones de la paz".

También señaló a la falta de tierra y la escases de recursos suficientes para la implementación de los proyectos productivos, como desafíos por superar para el adecuado funcionamiento de la cooperativa.

LA CONVIVENCIA COMO PERDON

José Manuel Menco Rojas sufrió dos veces el desplazamiento forzado, primero debido a amenazas en contra de su vida por parte de grupos paramilitares con injerencia en su región y la segunda por señalamientos de las FARC en contra de su trabajo como líder de la fundación Redepaz que trabaja por las víctimas del conflicto colombiano.

Consultado por Xinhua sobre la situación de las víctimas en Colombia en la etapa de posconflicto devenida por la implementación del acuerdo de paz, Menco sostuvo que hay tantas incertidumbres como esperanzas en el porvenir de Colombia.

"Este es un país que además de inequitativo está polarizado por corrientes políticas con intereses marcados y si hay algo que nos preocupa hoy es que mañana llegue a la dirigencia del país algún partido que esté en contravía de lo alcanzado con el desarme de las FARC", aseguró el líder social.

También recalcó el hecho de que "si bien el acuerdo tiene lugares oscuros que no dejan satisfechos a todos, no hay duda que en las regiones donde hubo presencia de las FARC hoy, a pesar de nuevas amenazas de otros grupos armados, se puede pensar en el inicio de una convivencia pacífica".

Por eso considera de vital importancia el respaldo firme que los siguientes gobiernos en Colombia deben dar a las asociaciones de víctimas para garantizar que el conflicto armado renazca de las cenizas de un acuerdo mal implementado o incumplido por alguna de las partes que estuvieron dentro de la contienda.

"Creo que las FARC no van a tener los recursos suficientes para reparar a todas las víctimas que ellos causaron, pero hay víctimas como el caso mío que asumimos la paz como una ganancia, el que se haya firmado un acuerdo, como una cosa importante y positiva para el país la dejación de las armas", aseguró Menco.

"Creo que si logramos eso es un avance significativo e importante y eso vale más que lo que nos pueda reparar las FARC desde el punto de vista económico, creo que la convivencia vale mucho más que eso", culminó.

En medio de estos desafíos y esperanzas, tanto el Estado desde la Agencia Colombiana para la Reintegración, como los miembros de las FARC insertados ahora en la vida civil y el sector de las víctimas que defienden el acuerdo de paz coinciden en que el camino de la reconciliación será largo pero valdrá la pena encarar su recorrido.

La afirmación final de Joshua Mitrotti puede tomarse como conclusión compartida por los demás entrevistados, "yo creo que estamos hablando de una o dos décadas para afianzar condiciones en los ciudadanos colombianos y en las nuevas generaciones, que nos permitan relacionarnos de manera distinta, donde la solidaridad, el compromiso con el otro y una visión colectiva de la sociedad colombiana sea posible".

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