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"Creí que mis niños estaban atrapados en la escuela", dice madre tras devastador terremoto en México

Actualizado a las 22/09/2017 - 15:55
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MEXICO, 21 sep (Xinhua) -- "Creí que mi niños estaban atrapados en la escuela por el temblor", exclamó Verónica Hernández, madre de dos niños, y originaria del pueblo de San Gregorio Atlapulco, uno de los sitios con mayores daños en la capital mexicana tras el sismo de 7,1 grados Richter del 19 de septiembre en el centro de México.

La mujer, de 30 años, relató hoy a Xinhua su travesía para poder reencontrarse con sus hijos, de 11 y 8 años de edad, que acuden a un colegio privado ubicado a unos minutos de San Gregorio, en el pueblo de Tulyehualco.

"Yo venía en el transporte público en San Gregorio cuando comencé a sentir un fuerte movimiento que nos lanzó de lado a lado en el camión, sin poder tener control de nuestro cuerpo. Tengo varios golpes, pero no me dolieron hasta hoy", dijo.

El recinto educativo donde los niños, Astrid y Eduardo, asisten a diario para cursar sus estudios de primaria tiene unos 20 años de antigüedad, por lo que Verónica pensó de inmediato que este colapsaría.

"No podía bajar del camión porque el chofer cerró las puertas al ver que una tienda de abarrotes se derrumbó frente a nuestros ojos; yo le gritaba que abriera las puertas, pero él estaba en 'shock' y no me hacía caso", expresó.

Cuando por fin bajó del autobús, recordó la joven madre, salió corriendo hacia Tulyehualco y nadie les ayudaba porque todos estaban ocupados buscando a sus respectivos familiares y amigos,"ni un taxi, ni microbús, nadie".

"Ibamos caminando, unas 20 personas y yo, cuando nos encontramos a un señor que buscaba a sus hijos muy desesperado en una camioneta y nos echó un aventón", dijo.

Verónica llegó en pocos minutos al colegio y algunas madres presentaban crisis nerviosa. Sus hijos Astrid y Eduardo ya no estaban en la escuela, los habían desalojado por un fuerte olor a gas.

"Encontré a mis niños en una casa de al lado con unas vecinas que ayudaron a las maestras a resguardar a por lo menos 100 niños. Los padres llegaban angustiados porque el temblor abrió el suelo y cuarteó las paredes de una iglesia en Tulyehualco también", dijo.

Para poder regresar a su domicilio, Verónica fue en busca de su esposo, Eduardo, quien trabaja exactamente en el centro de San Gregorio, en donde al menos 52 edificaciones colapsaron.

Eduardo, de 40 años, trabaja en una productora de amaranto junto con su familia.

Vero, como le dicen sus amigos, llegó caminando hasta el lugar pero cada vez se angustiaba más porque, al pasar por la iglesia principal del pueblo, vio a varias personas sin vida, el campanario en el suelo y escuchó los gritos de mujeres y niños que intentaban encontrar a sus familiares.

"Las personas que murieron estaban dentro del supermercado que se desplomó y otros vendían verduras junto a la iglesia del pueblo, donde hay una pequeña plaza en la que se juntaban los vecinos y por la que tenías que pasar para ir al mercado", indicó.

Hasta el momento, autoridades locales reportan en San Gregorio unas 67 bardas colapsadas,graves afectaciones en las estructuras eléctricas, más de 600 viviendas dañadas y al menos 8 muertos.

"Al fin llegué al negocio de mi esposo, vi que el edificio tenía grietas y que los trabajadores ya se habían evacuado; sin embargo, él no estaba, también había ido a buscar a mis hijos. Minutos después llegó y el alma me volvió al cuerpo", dijo Verónica a Xinhua.

Después de dos días del terremoto, aún no hay agua ni luz eléctrica en San Gregorio, tampoco funcionan las líneas telefónicas.

Ante esta situación de emergencia, los vecinos, así como cientos de voluntarios de distintas partes de la Ciudad de México, han salido a las calles para apoyar a las familias más necesitadas.

Jóvenes, niños y adultos se concentran en la avenida Lázaro Cárdenas para repartir los víveres que se han donado, como agua embotellada, medicamentos, comida caliente, entre otros.

Además, comenzó a llegar la ayuda por parte del Ejército y la Marina mexicana para la remoción de escombros y apoyo a la población.

Sin embargo, las tiendas de abarrotes ofrecen los productos básicos como pan y huevos a más del doble de su valor real y el agua potable no ha llegado a los lugares alejados del centro de San Gregorio.

Personal de Protección Civil de la capital mexicana aún no realiza las inspecciones de seguridad en los comercios para poder reiniciar las labores, por lo que los ingresos económicos se mantienen suspendidos y afectan a cada minuto la economía familiar de los habitantes.

Hasta el momento, la Coordinación Nacional de Protección Civil reporta 273 personas que perdieron la vida por el sismo, 137 fallecimientos en la Ciudad de México, 73 en el estado de Morelos, 43 en el estado de Puebla, 13 en el estado de México, 6 en Guerrero y 1 en Oaxaca.  

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