MADRID, 8 oct (Xinhua) -- Casi un millón de personas, según los organizadores de la plataforma Sociedad Civil Catalana (SCC), y unas 350.000, según la Guardia Urbana, se manifestaron hoy en Barcelona contra la independencia de Cataluña y a favor de la unidad de España.
Se trata de un acto multitudinario que no se producía en la capital catalana desde hace años, bajo el lema: "¡Basta! Recuperemos la sensatez".
El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, presente en la manifestación y uno de los encargados de leer unos de los textos previstos, cargó contra la "pasión nacionalista", y acusó de "golpistas" a los dirigentes políticos catalanes Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Carme Forcadell.
Asimismo, resaltó que la "conjura independentista no destruirá 500 años de historia" de la unidad de España ni la convertirá en un país "tercermundista".
El novelista hispano-peruano recordó en esta manifestación de protesta masiva con banderas españolas, catalanas y europeas que el nacionalismo es "la peor de todas las pasiones, la que ha causado más estragos en la historia (...). La religión laica" que ha provocado "sangre y cadáveres" en Europa, el mundo y en España".
"La democracia española está aquí para quedarse y ninguna conjura independentista la destruirá", añadió Vargas Llosa, quien ha comentado que "no queremos que bancos y empresas se vayan de Cataluña, como si fuera una ciudad medieval acosada por la peste".
Vargas Llosa, quien vivió cinco años en Barcelona, concluyó: "Somos ciudadanos pacíficos que creemos en la coexistencia, en la libertad. Vamos a demostrarles a esos independentistas minoritarios que España es ya un país moderno, que ha hecho suya la libertad y no va renunciar ante una conjura independentista que quiere convertirlo en país tercermundista. Viva la libertad, 'visca' Cataluña y viva España".
Por su parte, el ex presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrel, en su discurso, que criticó "duramente" al gobierno catalán, se refirió con "contundencia" a los empresarios catalanes ante el desafío independentista.
Les preguntó si no podían haber dicho "antes" que se iban de Cataluña en caso de secesión, porque "si lo hubiérais hecho, quizás esto no habría pasado", en una clara alusión a la fuga de empresas que se están marchando de Cataluña ante el temor de una declaración de independencia.
Borrell lanzó este mensaje en la lectura del manifiesto con el que concluyó hoy, domingo, la manifestación por la unidad en España que tuvo lugar en el centro de Barcelona.
En ese lugar, el también dirigente socialista se dirigió al presidente de la Generalitat (gobierno regional), Carles Puigdemont, a quien acusó de estar "por encima de la ley", y realizó un llamamiento a la "solidaridad" y a la "pluralidad" de toda la sociedad catalana.
El ex presidente del Parlamento Europeo rechazó comparaciones con los casos de Kosovo o con las repúblicas ex soviéticas.
Asimismo, reclamó el "control democrático de los medios de comunicación públicos" en Cataluña, que, en su opinión, "son una vergüenza democrática", afirmaciones apoyadas por los manifestantes con gritos contra TV3 (televisión oficial de Cataluña).
Borrel, quien habló también en inglés y francés para que todo el mundo se entere de lo que ocurre en Cataluña, dijo que "Cataluña no es una colonia" ni un "Estado ocupado militarmente".
Por esa razón, hizo un llamamiento al presidente Carles Puigdemont a que "no empuje el país (Cataluña) hacia el precipicio. No más fronteras", y destacó que "el derecho internacional no está del lado del independentismo".
El manifiesto de Sociedad Civil Catalana leído al término de la marcha celebrada hoy en Barcelona, pidió acabar con la "marginación" de los catalanes no nacionalistas, así como con la "confrontación", la "confusión" y el "dolor" que asegura que vive la población de Cataluña con motivo del referéndum del 1 de octubre.
"Ningún actor político debe obviar que los catalanes no nacionalistas formamos parte del paisaje y que somos también sociedad catalana. Se acabó la marginación, tenemos derecho a ser escuchados y a ser tenidos en cuenta", dice el manifiesto.
Otras ciudades europeas como Londres, París o Bruselas han sido escenario de concentraciones en contra del proceso independentista.
Lugares emblemáticos como Piccadilly Circus (Londres), el Parlamento Europeo (Bruselas) o la sede del Instituto Cervantes en París han acogido manifestaciones de varias decenas de personas con banderas españolas y catalanas.