LA HABANA, 17 oct (Xinhua) -- La piña, indispensable en los cocteles, ensaladas frías, jugos, helados, comidas y postres cubanos, centró este martes las ponencias del IX Simposio Internacional sobre esa fruta, que sesiona en La Habana.
El encuentro busca impulsar una labor intersectorial en la cadena productiva de la piña, por lo cual asisten representantes de los ministerios cubanos de la Agricultura, Comercio Interior, Salud Pública, Educación Superior y el de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, además de productores estatales, cooperativos y privados.
La cita mundial se celebra por primera vez en Cuba, en el marco del evento Fruticultura 2017, que acoge también el V Simposio de Fruticultura Tropical y Subtropical, y aborda los retos del cultivo, procesamiento y comercio de la piña, considera la reina de las frutas tropicales por su penacho verde a modo de corona, su sabor exquisito y sus bondades nutritivas y medicinales.
La infrutescencia conocida como "piña" es en realidad una fruta múltiple, perteneciente a la familia de las bromeliáceas, que abarca a unas 1.400 especies; procede de Sudamérica, en particular de Argentina, Brasil y Paraguay, y fue introducida en Europa después de la conquista de América.
Presente hoy en la mayoría de los países tropicales, la piña se cultiva ampliamente en Cuba, sobre todo en la central provincia de Ciego de Avila, y el producto goza de muy buena aceptación en el mercado europeo, especialmente en Francia e Italia.
En el cónclave, el presidente del Grupo de Trabajo de la Piña de la Sociedad Internacional de Ciencias Hortícolas (ISHS), Domingo Haroldo Reinhardt, destacó la importancia de esa fruta, una de las más consumidas después del plátano y el mango, y cuyo mayor productor y exportador a nivel mundial es Costa Rica, seguida por Brasil en cuanto a volumen productivo.
Ante más de 400 delegados de 24 países, entre estos Brasil, Chile, Colombia, México, Estados Unidos, Canadá, Francia y Reino Unido, el directivo dijo que es propósito de la ISHS y del evento fomentar la producción de esta planta con el mayor ahorro de recursos naturales y el menor daño posible al medio ambiente, a fin de contribuir a la seguridad alimentaria mundial.
Lograr producciones sostenibles y competitivas en la agroindustria frutícola es uno de los temas centrales tanto en Fruticultura 2017 como en el simposio de la piña, que concluyen el 19 de octubre en su sede del habanero Hotel Nacional de Cuba.
Otras disertaciones tratarán sobre la vigilancia fitosanitaria, el manejo de plagas, los recursos genéticos, mejoramiento de frutales, y el cuidado y administración de los agroecosistemas frutícolas, adelantaron los organizadores, pertenecientes al Instituto de Investigaciones de Fruticultura Tropical y el Grupo Empresarial Agrícola del Ministerio de la Agricultura de Cuba,
En esta jornada trascendió que Cuba pretende desarrollar la variedad de piña md2, premiada en 2014 por su calidad en la Feria Internacional de la Habana, y cuya producción contribuiría a sustituir importaciones y a incrementar las exportaciones de la isla.
El simposio con sede en La Habana recuerda sin duda la importancia de un fruto que es más que aroma y sabor exquisitos, pues también aporta salud, sobre todo si ha tenido un proceso de maduración natural, sin la añadidura de químicos que le quitan dulzor y que a largo plazo dañan la salud humana.
Llamada igualmente ananá o ananás, esta fruta posee propiedades antiparasitarias y diuréticas, es buena para adelgazar, y aporta vitaminas A, B-6, B-12, E, K y abundante Vitamina C, tiamina y riboflavina, beta caroteno y alfa caroteno, minerales, así como fibra y enzimas importantes para la digestión y para evitar el estreñimiento.
En Cuba, donde las enfermedades cerebrovasculares, cardiovasculares y el cáncer destacan entre las principales causas de muerte, este producto de la tierra es muy consumido, debido a sus beneficios al sistema circulatorio y al corazón, ya que aporta micro-nutrientes que disuelven los coágulos, y además se le atribuyen propiedades anticancerígena.
De igual modo son muy conocidas por los cubanos las propiedades antiinflamatorias de la piña, cuyo consumo alivia la artritis, gota, sinusitis, bronquitis y el dolor de garganta, a la vez que acelera la cicatrización de cirugías y lesiones, y no pocos en la isla antillana la consideran afrodisíaca.