Jerry Chen, miembro de los famosos FlyingTigers, asiste a la ceremonia de inauguración el martes de una exhibición en San Francisco sobre el famoso campo de prisioneros de guerra aliados de Mukden en lo que hoy es Shenyang, China. Liu Dan / China News Service
San Francisco,23/11/2017(El Pueblo en Línea)-La Marcha de la Muerte de Bataan es bien conocida en Estados Unidos, pero lo que le sucedió a quienes sobrevivieron no lo es.
Una exposición itinerante en San Francisco cuenta la historia poco conocida de cómo los prisioneros de guerra aliados terminaron en uno de los campos de prisioneros de guerra más famosos del ejército japonés, en Mukden (hoy Shenyang), China, sus días más oscuros y su lucha tenaz contra la opresión japonesa.
La exhibición, Forgotten Camp, ofrece una visión de las penas soportadas por más de 2.000 prisioneros aliados, 1.200 de ellos de Estados Unidos, en el campo de prisioneros de guerra aliados de la II Guerra Mundial de Shenyang, de 1942 a 1945.
Hasta el 5 de diciembre, en el edificio WWII PacificWar Memorial Hall, la exhibición reúne 250 fotografías históricas y 42 réplicas de artefactos de la colección permanente del Museo del Campo de Prisioneros de Guerra Aliados de la II Guerra Mundial de Shenyang.
El campo tenía prisioneros de seis países: EE. UU., Reino Unido, Canadá, Francia, Australia y los Países Bajos, pero el mayor número de prisioneros y muertos provenían de EE. UU.
"Más de 200 soldados estadounidenses no pudieron sobrevivir para ver el momento de la victoria. Sus nombres fueron inscritos en una pared conmemorativa del museo", dijo a los invitados Fan Lihong, conservador de la exposición y director del museo durante la ceremonia de apertura el martes.
"Cada pulgada del suelo en el campo estaba empapada con la sangre, sudor, esperanza y lucha de los presos. Esta historia no debe olvidarse", dijo.
Sin embargo, este campamento y su historia quedaron en el olvido durante medio siglo hasta que los expertos lo redescubrieron en 2003. Un lugar histórico y museo en la actualidad, es el mejor conservado de los más de 200 campos de prisioneros de guerra establecidos por las fuerzas japonesas en la zona de Asia-Pacífico durante la guerra.
Es un testimonio de la violación por parte de Japón de las convenciones internacionales sobre el trato humano y el uso forzado de los prisioneros de guerra como fuerza de trabajo, además de un testigo real de la miseria y el sufrimiento que soportaron los prisioneros aliados, dijo.
Los prisioneros fueron tratados con implacable brutalidad. En el frío invierno, la muerte por congelación era algo frecuente. Los alimentos y los suministros médicos eran escasos. Los obligaban a caminar cinco millas durante el día para trabajar en una fábrica que fabricaba armas y piezas para aviones japoneses.
"Si bien tenemos la oportunidad de mirar atrás y revisar esa parte de la historia, hay lecciones que debemos aprender", dijo el cónsul general de China en San Francisco,LuoLinquan. "Incluso en los días oscuros de duras condiciones de vida, tortura inhumana, hambre omnipresente y enfermedad generalizada, los prisioneros de guerra aliados no perdieron la esperanza".