La impronta del periodista colombiano Héctor Mora: China como destino compartido (6)

Pueblo en Línea  2017:12:06.13:36

Por Yasef Ananda

Beijing,06/12/2017(El Pueblo en Línea)-Hay vidas que parecen leyendas. Y la fecunda existencia del gran periodista colombiano Héctor Mora, viajero incansable que acercó los países más ignotos al pequeño universo del televidente latinoamericano, es una prueba indiscutible de ello.

Ubicuidad, objetividad y curiosidad intrínsecas fueron sus principales herramientas para lograr en sus miles de reportajes, filmados en más de 100 países, cumplir con la primordial condición del documentalista: nada humano debe ser ajeno.

Héctor llegó por primera vez a China en la década del 70, en vísperas de iniciarse la relación diplomática que China y Colombia desarrollan hoy con gran acierto y probada integralidad. En ese momento, ya en Colombia le apodaban “el hombre de los viajes” y era un rostro conocido en la pequeña pantalla latinoamericana, gracias a sus vanguardistas reportajes sobre ciudades y lugares del orbe.

El mundo de aquel entonces no era precisamente un pañuelo y la conectividad que hoy disfrutamos, e incluso padecemos, se insinuaba quimérica. A pesar de la distancia y los conocidos prejuicios con los que el hemisferio occidental analizaba el devenir de la Nueva China, el maestro Mora no dudó en aceptar la invitación y dar el primer paso hacia la forja de una relación donde el observador y lo observado lograron desentrañar su definición mejor.

De esa experiencia, Mora escribió:“Con China, la referencia era la pólvora, la brújula, la tinta china, el papel, la seda, el shop-suey, Mao Tse Tung y el mentol chino. Algunos conocían las revelaciones de un libro escrito por el francés Alain Peyrrefitte: “Cuando China despierte... el mundo temblará”.

La reflexiva osadía de la frase de Peyrrefitte unida a la colaboración ofrecida por la agencia china Xinhua, incitó a Héctor Mora a filmar su primera serie documental sobre China para el espacio televisivo colombiano “Pasaporte al Mundo”.

A través de esta serie, los latinoamericanos, y en especial los televidentes colombianos, expandieron su consciencia y calibraron su respeto hacia China.

“Una visita que marca la vida y la profesión, porque cuando se va por primera vez a China, no se vuelve a ser el mismo de antes”, sentenció Mora.

Y afortudamente hubo más...

En el “país del medio”, donde hoy viven su hijo Andrés y su nieto Eiso, a la largo de cuatro décadas y 18 viajes,Héctor Mora documentó la laboriosidad china, el desarrollo económico guiado por las reformas, la recuperación de la memoria histórica que en su momento destruyó la turba ignorante, la internacionalización de Shanghai, la belleza del Tíbet profundo y el Potala íntimo, el retorno de Hong Kong a la patria y el honor que representó para los pekineses ser los anfitriones de los Juegos Olímpicos, entre otros acontecimientos memorables.

Héctor Mora falleció el 26 de julio de este año, mientras preparaba su viaje número 19 al gigante asiático.

Hoy más que nunca, su pionera ejemplaridad en el difícil oficio de buscar en lo lejano e incógnito la posibilidad de un abrazo redentor que supere las pruebas del tiempo y la erosión de los meandros del coexistir, es una guía ética para la construcción del mundo multipolar que China propone como modelo de desarrollo para el siglo XXI: la comunidad de destino compartido.

A través de las becas chinas para periodistas latinoamericanos, los recorridos para reportar el vigoroso empuje de la iniciativa “Cinturón y Ruta” y las visitas de comunicadores chinos a Colombia gracias al programa Ele-Focalae, entre otras acciones imprescindibles, el espíritu del maestro Héctor Mora se mantendrá vivaz entre nosotros.

El homenaje ofrecido este 4 de diciembre por sus amigos en Beijing, alentado por el embajador colombiano Oscar Rueda y acogido con gratitud por su “familia china”, no presupone colofón alguno... sino filoso buril para que su luminosa fraternidad con China y su recia estirpe de periodista transhumante siempre nos acompañe, ampare y edifique.

“Volver a China, siempre es emocionante”, dejó escrito Héctor Mora como promesa endeleble.