Imagen del 3 de febrero de 2018 de personas caminando frente a la sede de la Feria Internacional del Libro de La Habana, en La Habana, Cuba.(Xinhua/Joaquín Hernández)
Por Noemí Galbán
LA HABANA, 10 feb (Xinhua) -- A unas horas de que concluya la XXVII Feria Internacional del Libro de Cuba en su etapa capitalina, el pabellón de China, país invitado de honor en esta edición, continúa recibiendo a cientos de personas que se aglomeran para contemplar los libros, exposiciones e iniciativas del recinto.
Algunos aprecian con detenimiento los estantes donde se encuentran expuestos los 3.000 títulos en mandarín, español e inglés traídos por la amplia delegación china a la cita; otros hacen largas filas en espera que los voluntarios les escriban sus nombres, fecha de nacimiento o signos zodiacales en caracteres chinos.
Mientras, rostros languidecidos delatan la decepción de los cubanos que al llegar a última hora a la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, sede de la feria, no alcanzaron comprar libros de autores chinos traducidos al castellano que se agotaron en la primera semana.
Tampoco pudieron llevarse a casa las bellas reproducciones de pinturas tradicionales impresas en papel hecho a partir de la planta de arroz que se desvanecieron en los primeros tres días luego de inaugurarse la feria, el pasado 2 de febrero.
En medio de tanta agitación, sorprendió la mirada aguda de un anciano frente a una vitrina, que admiraba un texto en particular, "Cesto de llamas: biografía de José Martí", traducido al chino.
Ese hombre es Luis Toledo, el escritor de esa semblanza sobre el prócer independentista cubano José Martí (1853-1895), considerado el Héroe Nacional de Cuba.
"Vine interesado en encontrar buenas antologías y selecciones de novelistas, poetas y dramaturgos chinos recientes para saber que se está haciendo en las letras de ese país y lo primero que he visto y me ha sorprendido es ver traducida al chino mi biografía de José Martí", dijo Toledo a Xinhua.
Hace varios años el autor caribeño visitó Beijing, capital de China, para presentar el libro pero no esperó nunca ver en La Habana su obra expuesta en mandarín, una muestra del intercambio editorial existente entre ambos países que a partir de esta edición de la feria se profundizará.
"Eso es lo mejor que tiene esta feria y por eso hay cultivarla para que sea cada vez más un centro de encuentro cultural. En esta oportunidad se fomentó el conocimiento en Cuba de China, un país grande con una cultura milenaria. Para muchos será una gran relevación y un descubrimiento fenomenal", expresó.
En el mismo sentido se expresó Marina Lee, quien compartió con Xinhua que el evento literario tiene un significado especial.
"Soy descendiente de chino y me parece que estoy viendo representada la memoria de mi padre. Los libros todos están muy buenos porque han recogido muy bien todas las pequeñas cosas de ese país asiático con tantas cosas buenas que tienen", señaló.
Para Lee la calidad de los ejemplares exhibidos y puestos a la venta es extraordinaria, razón por la cual en algunos casos escapan del poder adquisitivo del cubano promedio, a pesar de que las casas editoriales chinas aceptaron disminuir precios de libros tomando en consideración esa realidad.
No obstante, hasta este sábado casi la totalidad de los textos en español se habían agotado y sólo quedaban algunos en inglés y mandarín de los más de 7.000 traídos por la delegación china a la feria.
Lo cual demuestra la avidez de la isla y su gente por entender y apreciar la cultura de China en todo su esplendor.
"Los libros más populares incluyen los de aprendizaje del idioma chino, artes marciales, cultura, filosofía de Confucio y Mencio, Taichi y otros libros relacionados con la salud como la medicina tradicional china, pero esos ya no existen", detalló a Xinhua, Yu Xin.
La estudiante china cursa actualmente el primer año de postgrado de idioma español en la Universidad de La Habana y trabajó todas las jornadas de la feria como voluntaria en el stand de venta de China.
Según su experiencia, otros textos muy solicitados son los títulos del presidente "Xi Jinping: La Gobernación y Administración de China", "Xi Jinping contando historias" y "Artículos de Xi Jinping en el Diario de Zhejiang".
Además, Los dos libros del autor Liu Zhenyun, "Teléfono Móvil" y "Yo no soy una mujerzuela" son muy populares. "Todos los días hay personas preguntando por el libro ´Teléfono Móvil´ pero está agotado hace mucho tiempo", explicó Yu Xin.
Este marcado interés de los cubanos por China, su historia, tradiciones y cultura, vistas a través de la literatura, responden al acercamiento que desde hace varios años han realizado ambos países en la esfera política y económica.
Sin embargo, para el joven diseñador cubano, Rolando Rodríguez, queda mucho aún por conocer sobre la grandeza de Beijing.
En ese sentido, comentó Rodríguez a Xinhua que está seguro que China presentó en esta feria una pequeña muestra del gran desarrollo editorial alcanzado en las últimas décadas y que en futuras citas literarias será capaz de satisfacer los intereses más diversos.
"No me había acercado antes a la literatura china y me ha impresionado todo lo que he visto, aunque venía buscando más libros de filosofía en español de Confucio, Lao-Tse, también de diseño e ilustración", precisó Rodríguez.
Asimismo, la estudiante del Instituto Confucio de La Habana, Daniela Gregory, deseó que en próximos eventos de este tipo China presente libros de poesía tanto en mandarín como en español.
Un reclamo compartido por otros encuestados, quienes aspiran que esta XXVII Feria Internacional del Libro sea sólo el inicio de una colaboración más dinámica y amplia en cuanto a número de títulos y ejemplares.
"Me gustó mucho un libro sobre un panda que cocinaba pero no entendí mucho porque estaba en chino. El panda es mi animal preferido y por eso me gustaría ir a China y tocar uno de verdad. También me gustaría que en otras ferias trajeran más libros para niños en español", dijo Alain Fernández.
El pequeño cubano quedó también fascinado por la exposición de cómics tradicionales chinos que adornaban las paredes del pabellón y que parecían verdaderas obras de arte.
Al igual que otros motivos alegóricos al Año Nuevo Lunar que está próximo a celebrarse en China y que Carlos Bretón, productor y director artístico de la feria, elogió.
"Esta es mi sexta feria y ha sido la más bonita en preparación, virtuosismo, calidad de la literatura y las exposiciones. Es una suerte muy agradable que haya coincidido con el Año Nuevo Lunar porque ha matizado toda la decoración del pabellón de China, todo está diseñado gracias a esa celebración con un gusto exquisito", resaltó.
China fue el país invitado de honor en esta XXVII Feria Internacional del Libro de Cuba, primera vez que China participa en calidad de homenajeado en un evento cultural de esta magnitud en América Latina y el Caribe.
Motivo por el cual el pasado 1 de febrero llegó a la isla una delegación compuesta por 220 escritores, intelectuales y representantes de 60 reconocidas editoriales chinas que durante las 10 jornadas de duración de la cita literaria, intercambiaron con colegas y público cubano.
En el marco del encuentro, de igual forma se suscribieron convenios de cooperación con el propósito de establecer un diálogo más directo entre ambas culturas y pueblos a través de la literatura.
(Web editor: Felipe Chen, Rocío Huang)