HANGZHOU, 2 mar (Xinhua) -- Los estudiantes de la provincia oriental china de Zhejiang recibieron recientemente la buena noticia de que se les ha pedido a las escuelas de educación básica que retrasen la hora a la que comienzan las clases, una medida que algunos centros ya la han implementado y para la que otros se preparan.
La mayor parte de los padres se han mostrado satisfechos con este cambio, puesto que consideran que permitirá que los niños dispongan de más horas de sueño.
Las escuelas de educación básica de Zhejiang deben ajustar las horas de inicio de las actividades según los cursos y las estaciones, de acuerdo con la directriz, que indica que el primer y el segundo curso no deben comenzar las clases antes de las 8:00 horas y que las escuelas deben arrancar la jornada más tarde durante el invierno. En muchos centros la hora de inicio era las 7:00 o 7:30.
"Mi hijo se levantaba a las 6:20 horas. Debía llegar a la escuela antes de las 7:00, así que yo me tenía que levantar a las 5:45 para hacerle el desayuno. Hemos tenido esta rutina los últimos seis años. No comprendo por qué las escuelas de primaria empezaban tan temprano", indicó una madre apellidada Wang de Zhoushan, en la provincia de Zhejiang.
En 2016 un estudio sobre los centros de primaria y secundaria de la provincia concluyó que los alumnos tenían falta de sueño. Solo el 54,1 por ciento de los estudiantes de cuarto curso dormían nueve horas o más, pese a que los estándares de gestión de China para la educación obligatoria establecen que los centros deben garantizar que los alumnos de primaria pueden dormir 10 horas al día.
Los expertos advierten de que la falta de sueño puede afectar a la salud tanto física como mental de los menores y también a sus emociones.
Una escuela de primaria de Nanjing, capital de la provincia oriental de Jiangsu, también ha retrasado la hora a la que empiezan las clases, al igual que lo han hecho centros de primaria y secundaria de la provincia nororiental de Heilongjiang.
UNA ESCUELA EN LA QUE NO HAY TAREAS
Algunos cuestionan estas medidas porque creen que las horas de sueño de los estudiantes están determinadas en realidad por la cantidad de tareas que deben realizar tras las clases. Argumentan que los adolescentes se enfrentan a montañas de ejercicios y clases extraescolares, por lo que piden medidas también para reducir estas cargas.
La Escuela de Primaria número 5 del Ferrocarril de Shenyang, en la provincia de Liaoning, es la excepción, puesto no pide a los alumnos que hagan tareas en casa, una medida que comenzó como una experiencia piloto de seis meses en una clase en 1984.
El objetivo era mejorar los métodos de enseñanza y aumentar la interacción entre estudiantes y profesores, y la iniciativa fue un éxito, puesto que los resultados fueron mucho mejores que los de otras clases. La escuela decidió entonces prohibir que se mandasen tareas.
Shi Diance, un estudiante de segundo curso de este colegio, juega al hockey después de clase y luego ve las noticias en la televisión y, antes de acostarse, lee cuentos recomendados por su profesor. Sus compañeros también tienen tiempo para desarrollar sus aficiones, en lugar de esforzarse resolviendo ejercicios.
En ocasiones, los profesores les asignan misiones, como ir a hacer la compra a un supermercado o tomar fotos de algunos objetos. Además, cursos obligatorios de materias como robótica, música o dibujo digital y más de 60 clubes opcionales de ciencia, lectura, deportes y otras actividades ayudan a los menores a mejorar sus vidas.
"Nuestros métodos educativos también se enfrentan al escepticismo y la presión, pero no vamos a dejar de esforzarnos por mejorar la calidad de nuestra educación y por reducir las cargas de los estudiantes", manifestó el director de la escuela, Yu Ying.
MÁS ACCIÓN, MENOS TAREAS
El Ministerio de Educación avanzó el lunes que trabajará con el de Asuntos Civiles y el de Recursos Humanos y Seguridad Social y con la Administración Estatal de Industria y Comercio para desarrollar varias campañas dirigidas a las agencias educativas privadas y a las entidades de formación que generan un exceso de carga de trabajo y presión tanto para los adolescentes como para sus padres.
Un informe realizado por la Sociedad China de Educación mostró que el país tenía en torno a 180 millones de menores en edad escolar en 2016 y que más de 137 millones de estudiantes acudían a clases extracurriculares o participaban en formación extraescolar.
El rápido crecimiento de estas instituciones educativas privadas satisface, en algunos sentidos, la demanda de educación adicional, pero no hay un control de la calidad ni de los métodos de enseñanza. Por ello, las campañas se centrarán en las agencias que carecen de calificación profesional o presentan riesgos de seguridad, explicó un funcionario del Ministerio de Educación, Lyu Yugang, que agregó que debe ponerse énfasis en la reducción de la carga de trabajo de los estudiantes.