Jiaxing, Zhejiang, 23/04/2018 (El Pueblo en Línea) - A Wang Wenbin tardó más de una década de bailar en andamios de construcciones a hacerlo en un concurso nacional de baile en barra.
Ahora, el antiguo albañil de 28 años dedica gran parte de su tiempo a la práctica de este baile para los campeonatos mundiales de baile en barra de Corea del Sur en mayo.
Será su primer viaje al extranjero y una buena oportunidad para corregir las ideas erróneas sobre el baile en barra que tienen muchas personas, incluidos sus padres, dijo.
Nacido en una aldea en la provincia de Sichuan, Wang fue criado por sus abuelos hasta que tenía 9 años. Sus padres se encuentran entre los 280 millones de trabajadores migrantes de China y se ganan la vida en las obras de construcción en Jiaxing, provincia de Zhejiang.
Bailar era una parte importante de la infancia de Wang, y nunca se perdió ningún concurso de baile escolar. "No aprendí ninguna técnica en aquel entonces, pero mi maestra pensó que yo era un bailarín con talento", recordó.
Por casualidad, vio el baile en barra en la televisión cuando estaba en la escuela secundaria y se enamoró de la forma de arte, que combina la danza y la acrobacia centradas en una barra vertical. "El poder, la flexibilidad y la belleza al girar en el aire realmente me impresionaron", dijo.
Su padre le pidió que trabajara en las obras cada fin de semana y durante las vacaciones de verano, y Wang comenzó a trabajar a tiempo completo allí después de graduarse de la escuela secundaria.
Pero su insistencia para aprender baile en barra no terminó. Sin dinero para asistir a cursos de capacitación profesional, estudió baile en barra con videos de internet y practicó en andamios en las construcciones.
Dominaba la mayoría de las técnicas básicas, aunque los postes oxidados le desgastaban la ropa y con frecuencia lo dejaban magullado.
En 2007, un año después de haber comenzado a trabajar a tiempo completo, había ahorrado 5.000 yuanes (800 dólares) y utilizó el dinero para inscribirse en una escuela de baile en barra en Suzhou, provincia de Jiangsu, a pesar de la fuerte oposición de sus padres.
"Argumentaron que bailar no es una profesión a largo plazo y les preocupaba no tener un céntimo cuando fuera mayor. Querían que encontrara un trabajo estable", dijo Wang. "Pero creo que los jóvenes deberían fortalecer su carácter luchando contra las dificultades, e intentar lo mejor incluso si fracasas".
Fue el momento más difícil de su vida. Las altas tasas de matrícula, el alquiler y los costes de vida lo dejaron sin posibilidades de llegar a fin de mes. "No me rendí ya que no quería que las construcciones fueran mi trabajo de por vida", dijo.
Con talento y trabajo duro, sus habilidades de baile mejoraron rápidamente. Después de tres meses, comenzó a dar representaciones para ganar dinero extra y mantener vivo su sueño.
Wang viajó a muchas ciudades durante los años siguientes, estudiando y actuando, hasta que instaló su propio estudio de baile en barra en Jiaxing en 2012.
Después de pagar más de 30.000 yuanes de alquilar, se encontró sin dinero otra vez, y el antiguo albañil tuvo que renovar el estudio él mismo. Su estudio ahora tiene 300 estudiantes, la mayoría de los cuales son trabajadores migrantes de áreas rurales, como lo fue él una vez.
El estudio ofrece cursos que van desde baile en barra hasta jazz y estilos de baile de calle. Sus ingresos han aumentado a más de 300.000 yuanes al año, lo suficiente para mantenerse a sí mismo y a sus padres.
El año pasado, Wang participó en una competición nacional de baile en barra y ganó la categoría masculina. Los bailarines profesionales dijeron que sus movimientos demuestran "una sensación lenta y elegante como una escultura que ha cobrado vida".
Pero para Wang, su éxito tiene un significado mayor: mostrarle a la gente que el baile en barra no es solo para bares de karaoke y chicas con poca ropa. Se trata de mantenerse en forma, mantenerse sano y divertirse.
"Si el baile en barra se convierte en un deporte olímpico algún día, quiero ser el primer bailarín chino en competir", dijo.