Beijing, 30/05/2018 (El Pueblo en Línea) - La disputa comercial entre China y Estados Unidos revela la creciente ansiedad del gobierno estadounidense sobre el ascenso de China, que a su vez ha provocado el nerviosismo de algunos de sus aliados occidentales. Pero algunos académicos chinos especulan que los temores de la "amenaza de China" se han alimentado en Occidente, particularmente en Estados Unidos, porque los medios chinos han presentado una imagen exageradamente positiva e invencible de China al mundo exterior.
De hecho, algunos medios de comunicación chinos deberían reflexionar sobre sus informes exagerados. Pero aunque los argumentos de tales académicos son bien intencionados, su especulación no toma en cuenta la causa real y directa de las crecientes e inestables relaciones entre Estados Unidos y China desde que Donald Trump se convirtió en presidente de Estados Unidos.
La estrategia confiada y proactiva de China para comprometerse con el mundo es apropiada, incluso justificada, dados los tiempos cambiantes y, por lo tanto, debe refinarse en lugar de detenerse o abandonarse. Por lo tanto, los medios chinos deberían continuar presentando a China al mundo exterior como una fuerza global positiva, pero de una manera más variada.
En retrospectiva, la visita de Trump a Asia del 3 de noviembre al 14 de noviembre de 2017 presagió el comienzo del cambio estratégico de la administración estadounidense de la cooperación y la competencia a la rivalidad con China.
Por ejemplo, un informe de consulta, "Sharp Power: Rising Authoritarian Influence", patrocinado por el National Endowment for Democracy con sede en Washington y publicado el 5 de diciembre de 2017, intentó definir el poder blando de China como "poder agudo". En cierto sentido, los autores del informe utilizaron el "poder agudo" como un concepto nuevo y más poderoso que el poder blando, con el fin de calificar cualquier intento de China de comprometerse con el mundo, ya sean intercambios culturales como los Institutos Confucio, la iniciativa “Un Cinturón, Una Ruta” o diplomacia nacional importante, como algo malo.
Y el Informe de Estrategia de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, publicado en diciembre del año pasado, clasifica a China como un "rival estratégico" o "competidor estratégico" de EE.UU. Una oleada de comentarios de opinión en los medios de comunicación de EE.UU y Europa se suscitó para reforzar la postura oficial de EE.UU hacia China.
Esta campaña de opinión pública o propaganda al estilo estadounidense destinada a legitimar el movimiento estadounidense llevó a algunos políticos ideológicamente sesgados como los senadores Marco Rubio y Ted Cruz a ir contra la libertad académica que dicen valorar, al presionar a un par de universidades en sus respectivos estados de Florida y Texas para cerrar los Institutos Confucio.
En contraste, gracias a su ideología colaborativa, holística y beneficiosa para todos, China ha estado intentando desarrollar aún más su economía y ayudar así a otros a hacer lo mismo al alinearse con la iniciativa “Un Cinturón, Una Ruta”. En resumen, China quiere trabajar con otros países para construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad.
Esta estrategia cooperativa de China no solo ayudará a cambiar la cultura estadounidense de una cultura de competencia cercana a la violencia a una cultura de cooperación y colaboración, sino que también ayudará a aliviar las preocupaciones de los académicos chinos sobre el deterioro de las relaciones entre EE.UU y China.
El autor es profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad Chapman (EE.UU) e investigador de la Academia para el Desarrollo y la Investigación Estratégica de la Universidad Renmin de China.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)