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ESPECIAL: Es inédito que EEUU acuse a migrantes de traficar niños para frenar migración, dicen expertos

MEXICO, 18 jun (Xinhua) -- El gobierno de Estados Unidos dio un paso inédito al afrontar como traficantes a los migrantes que cruzan su frontera llevando consigo a sus hijos, una medida que ha separado a casi 2.000 familias desde abril, dijeron a Xinhua expertos en temas de migración.

"Definitivamente hay una política, que no sé si la palabra sea 'rigurosa', de no solamente acusarlos por la entrada sin documentos... Esta situación de la trata de personas es algo nuevo", señaló el diplomático retirado y ex cónsul de México en varias ciudades estadounidenses, Bernardo Méndez.

La administración de Donald Trump endureció a partir de este año una política de "cero tolerancia" contra el cruce sin papeles por su frontera sur, con fiscales procesando por tráfico de personas a migrantes que se internan desde suelo mexicano con sus hijos y que son arrestados por los agentes.

El cargo se presenta bajo la visión de que están contrabandeando a los niños, por lo que cuando los padres son encarcelados y llevados ante jueces, por ley, son separados de sus hijos y éstos, puestos en custodia de las autoridades.

Como miembro del Servicio Exterior Mexicano, Méndez atendió por 20 años a migrantes connacionales en Atlanta, San Francisco, Tucson y Chicago, pero dijo que nunca conoció de alguno que fuera acusado de traficar personas por cruzar con su hijo.

Explicó que lo usual era que la persona fuera procesada por violar la ley migratoria y, en caso de ser un reincidente, recibir una pena de hasta seis meses de cárcel.

"No existía la definición de que el padre que iba con su hijo menor se le acusara de tráfico de personas", apuntó el diplomático y actual director de la organización América Sin Muros.

El portavoz del Departamento de Seguridad Nacional reveló el 15 de junio pasado que 1.995 niños fueron separados de 1.940 adultos bajo la nueva política en sólo seis semanas, entre el 19 de abril y 31 de mayo pasado.

La prensa estadounidense reportó la víspera que niños y adolescentes que fueron separados de sus padres permanecían detrás de rejas metálicas en espacios que parecen jaulas, dentro de un centro de detención habilitado en un almacén en Texas.

Para la directora de la organización civil Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI), Gretchen Kuhner, el blanco de la nueva política del gobierno estadounidense han sido en su mayoría familias de países centroamericanos que huyen de la violencia en sus lugares de origen.

"La separación de familias en la frontera es inmoral y viola el derecho internacional de la unidad familiar", advirtió Kuhner, quien es abogada, internacionalista y experta del fenómeno de la migración en tránsito por México.

Hasta ahora la administración de Trump no ha precisado la nacionalidad de los migrantes que han sido sujetos de la medida, sin embargo Méndez, el ex cónsul mexicano, coincidió en que posiblemente más de la mitad de los casos se trate de gente de Guatemala, Honduras y El Salvador.

El diplomático basó su cálculo en el flujo de miles de personas de esos tres países que anualmente busca internarse en Estados Unidos después de atravesar México desde su frontera sur, una situación que en caso de El Salvador es empujada en parte por la inseguridad producida por las pandillas.

Según el gobierno mexicano, casi 80.000 migrantes de las tres naciones fueron detectados durante su paso por México en 2017 y remitidos ante el Instituto Nacional de Migración (INM) por falta de papeles.

Los datos muestran que casi 17.300 de ellos eran niños y adolescentes que en más de la mitad de los casos atravesaban México acompañados por un adulto y el resto lo hacía solo.

"La situación en Centroamérica es cada vez más alarmante y eso hace que sean los núcleos familiares los que estén emigrando", explicó el miembro de la organización Movimiento Migrante Mesoamericano, Rubén Figueroa.

"No es que los padres se estén llevando a los hijos. Hay una gran necesidad de toda la familia de migrar", agregó.

Un funcionario de la Cancillería de México dijo a Xinhua que se está recopilando información sobre la situación y verificándose que se respeten los derechos humanos de los migrantes que sean mexicanos, dentro de la atención permanente que se brinda a connacionales en Estados Unidos.

Ante las crecientes críticas de la oposición demócrata y activistas por la medida, Trump y varios de sus funcionarios la defendieron hoy en distintos foros sugiriendo que delincuentes usan a los niños para internarse al país de forma fraudulenta, haciéndose pasar como una unidad familiar.

Figueroa, quien atiende migrantes centroamericanos en la frontera sur mexicana, estimó que posiblemente el grueso de adultos y niños no acompañados sean traficados para llegar a suelo estadounidense, pero una vez allí piden asilo conforme los tratados internacionales y la ley.

Atribuyó el endurecimiento de la política a la estrategia que el republicano ha perseguido desde que inició su gobierno, en enero de 2017, de infundir miedo para desalentar la migración sin papeles hacia Estados Unidos.

"Trump ha tenido un énfasis de criminalizar a los migrantes en todo momento, pero creo que rebasó el tope totalmente con la separación de las familias", manifestó Figueroa.

La medida se suma a la intención de construir un muro a lo largo de la frontera de 3.200 kilómetros con México para lo cual no ha obtenido fondos, así como al aumento del rastreo de migrantes sin papeles en las ciudades para expulsarlos.

"La administración del presidente Trump inició la política explícitamente para disuadir la migración y restringir el derecho al asilo para estas familias", coincidió Kuhner, la directora del IMUMI.

El ex cónsul mexicano dijo que no cree que los niños separados vayan a ser colocados en casas adoptivas como antes ocurría ni que los vuelvan a unir con sus padres en suelo estadounidense, por lo que previó que lo peor de la medida está todavía por conocerse.

"Me parece que es muy grave que se prolonguen estas detenciones por mucho tiempo... Si no los van a reunificar con su familia en Estados Unidos resulta muy riesgoso para estos menores que los regresen", indicó Méndez.