Por Zhang Yi
Xiamen, Fujian, 04/07/2018(El Pueblo en Línea) - Ellos están estudiando sus árboles genealógicos y su relación familiar con la esperanza de reconectarse con parientes perdidos.
El 9 de junio, Huang Ching-Hsiung despertó a las 3 de la mañana en su cama del Hotel Xiamen, provincia de Fujian. Estaba demasiado entusiasmado para conciliar el sueño. Al amanecer, él y un grupo de 11 miembros de su familia visitarían Pujin, un pueblo a dos horas del centro de Xiamen.
El lugar tiene el mismo nombre que el pueblo de Huang en Taiwán, y la mayor parte de los residentes son Huang.
Los Huang de Taiwán son descendientes directos de colonos que llegaron a la isla hace siglos. Varias hornadas de nacidos en Fujian se trasladaron a Taiwán durante la dinastía Ming (1368-1644) con la esperanza de hacer fortuna. Los que pertenecían a la misma familia, se unieron y lucharon por comenzar una nueva vida. Según el recuerdo de sus aldeas y pueblos natales, nombraron los lugares que establecieron y conservaron las costumbres que habían traído de tierra firme.
Aproximadamente el 80 por ciento de los residentes de Taiwán comparten lazos de sangre con personas de Fujian. Cerca de 110 asentamientos, a ambos lados del estrecho de Taiwán, comparten el mismo nombre del pueblo donde viven y los nombres de la familia han establecido programas oficiales de intercambio, según la Asociación de Compatriotas Fujian-Taiwán.
Inspirados por las historias familiares transmitidas a través de generaciones, en los años 80 los descendientes de esos primeros colonos comenzaron a visitar el continente para descubrir sus raíces.
"Pon tus pies en la tierra de donde vinieron nuestros antepasados", le pidió su padre a Huang, poco antes de morir hace ya 12 años.
Esas palabras pesaban mucho sobre la consciencia de Huang, mientras que una creciente necesidad de descubrir sus orígenes le incitó a los 72 años de edad a iniciar una búsqueda para trazar sus raíces en China continental. Se acompañó de algunos artículos relacionados con Pujin que fueron cuidadosamente almacenados en una bolsa de plástico, incluyendo un mapa, un árbol genealógico y un reportaje periodístico.
Historia familiar
El nombre Pujin, esculpido en las lápidas de sus antepasados y presente en las historias transmitidas por su bisabuelo era todo lo que Huang sabía acerca de su historia familiar.
Durante la dinastía Qing (1644-1911) varios grupos de residentes en Pujin cruzaron el estrecho y muchos se establecieron en Lugang, que era un puerto ocupado en la costa oeste de Taiwán.
Nombraron Pujin a su nuevo lugar de residencia, en honor a su terruño. Inicialmente trabajaban como porteadores, pero gradualmente empezaron negocios propios, comerciando productos y materias primas hacia China continental.
Ellos tenían buena mano para los negocios y lograron fundar varias marcas reconocidas. Pujin es ahora un pueblo con atractivos turísticos y un elevado número de tiendas que evidencian el próspero pasado.
Una de las compañías más reconocidas es Jinyuan, fundada por el bisabuelo de Huang, de la primera hornada que llegó a Taiwán. Jinyuan se deriva de "Jin ", refiriéndose a Pujin, mientras que "Yuan " significa "origen".
“El nombre de la empresa significa "venimos de Pujin", indica Huang. Hay "otra tienda Jinyuan en Quanzhou, China continental, que gerenciaba el hermano de mi bisabuelo.”
La práctica de trazar la historia familiar y comprender sus orígenes encarna la virtud tradicional China de la piedad filial. Desde edades tempranas, a los pequeños se les enseña a respetar y adorar a sus antepasados.
“Cuando mi abuelo tenía 4 años, mi bisabuelo lo llevó a visitar Pujin en China continental. Pasado el tiempo, las familias perdieron el contacto, pero el abuelo a menudo nos recordaba que nosotros veníamos de Pujin”, recuerda Huang.
“Toda su vida mi padre lamentó no haber podido visitar China continental. Su salud era frágil como resultado de las lesiones que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial (cuando se vio obligado a servir en el ejército japonés) debido a un accidente de coche. Pero él insistió siempre que yo no dejara de visitar China continental y que no olvidara nuestras raíces”, agregó Huang.
“Tuve que postergar muchos años ese anhelo porque yo era funcionario de Taiwán y me tenían prohibido visitar China continental”. Además, su salario no era alto y tenía cuatro hijos. Huang tuvo que esperar retirarse y que sus hijos fueran adultos.
"Al envejecer, el deseo de conocer mis raíces se hizo más fuerte. Sentí una necesidad urgente de averiguarlo y cumplir con mi padre antes de que fuera demasiado tarde. De no hacerlo, mis descendientes jamás sabrían acerca de nuestros orígenes."
La búsqueda comienza
Cuando su padre murió en 2006, Huang, el hijo mayor, heredó el árbol genealógico (tabla ancestral) que su bisabuelo había traído de tierra firme.
Lo que se conoce en China como tabla ancestral es una pieza plana de madera inscrita con los nombres de los familiares de generaciones anteriores. Este elemento es venerado en los altares del hogar o en templos dedicados a los ancestros.
Huang notó seis caracteres chinos tallados en la parte posterior de la tabla heredada, y aunque no tenían fechas, él consideró que ese orden representaba la secuencia de las generaciones de la familia.
"Mi plan era visitar Pujin en China continental y comparar la lista de nuestra tabla ancestral con la genealogía de la otra familia Huang. Si coincidían, significaría que había encontrado mis raíces y parientes que viven en tierra firme", reconoció Huang.
Él comenzó a prepararse para su aventura imprimiendo un mapa y marcando cuidadosamente el pueblo, un aeropuerto cercano y un hotel.
Su plan de acción alarmó a la familia.
"Mi padre era muy serio. Él planeó cómo llegar al pueblo y dónde alojarse. No conocíamos a nadie allí, así que la familia trató de disuadirlo de hacer el viaje debido a su avanzada edad", recuerda la hija de Huang Hui-Chun.
Inmutable, su padre continuó la investigación. Un día, mientras leía una noticia sobre los lazos históricos entre los dos Pujin, apareció una pista: "si usted quiere descubrir sus raíces en Pujin (China continental), por favor póngase en contacto con Huang Chi-Tsung."
El pionero
Hace más de 20 años, Huang Chi-Tsung estaba tan ansioso como Huang Ching-Hsiung de desentrañar sus raíces de Pujin. Él fue el primer Huang de Taiwán que visitó Pujin continental.
"Tenía curiosidad por la palabra ‘Pujin’, que había visto en lápidas desde que era un niño. En la universidad, pasé mucho tiempo en la biblioteca leyendo sobre Quanzhou. Además, las historias familiares me hicieron anhelar conocer China continental."
En 1990, viajó a Quanzhou y alquiló un coche con conductor.
"En ese momento, las carreteras eran terribles y yo no tenía un mapa ni información sobre el pueblo. Fui a varios pueblos y preguntaba al llegar: ¿este es Pujin? ¿conoces un pueblo donde vive la familia Huang?, evoca Huang Chi-Tsung.
"Eventualmente, después de buscar desde el amanecer hasta el atardecer, algunas personas mayores me indicaron un lugar al final de un fangoso carril. Era difícil conducir a lo largo de la calle, pero yo estaba muy emocionado cuando vi algunas casas con el caracter “Huang” tallado. Después de hablar con algunos aldeanos, confirmé que ese era el lugar de donde venían mis antepasados."
Desde entonces, Huang Chi-Tsung, que ya cumplió 59 años, ha organizado varios viajes para los miembros de la familia Huang de Taiwán.
"A lo largo de los años, he visto grandes cambios en China continental. Cuando visité por primera vez a Pujin, los granjeros estaban ocupados preparando sus propias fábricas de ropa. Ahora es un pueblo muy próspero y con buenas conexiones de negocios dentro de China.
"Es maravilloso corroborar que crece el número de taiwaneses que llevan a sus hijos para que conozcan China continental. También los Huang continentales nos han visitado en Taiwán", afirmó
"Aunque estamos envejeciendo, los intercambios entre las dos partes deben continuar. No podemos olvidar nuestras raíces."
Bienvenido a casa
Cuando los Huang de Taiwán llegaron a Pujin en la mañana del 9 de junio, fueron recibidos con banderas, globos y petardos.
Huang Ching-Hsiung reconoció inmediatamente los llamativos y semejantes patrones de habla. "En el momento en que escuché hablar a los aldeanos de Pujin, reconocí que era el mismo acento que tenía mi padre y mi abuelo, a pesar de que crecieron en Lugang", y añadió que los residentes en Lugang tienen el acento más fuerte de Taiwán.
Al comprobar los registros del pueblo, Huang descubrió que los seis nombres de su tabla ancestral coincidían con la genealogía de la familia local casi exactamente, con la excepción de una pequeña diferencia en la secuencia.
"La pequeña variación podría ser el resultado de partes perdidas o dañadas del registro genealógico. Así que no sé exactamente a qué subdivisión de Huang pertenece mi familia o quiénes son nuestros parientes más cercanos", precisó.
Sin embargo, un aldeano le comentó a Huang Ching-Hsiung que sus rasgos eran familiares, lo que agregó seguridad a su convicción de que sus raíces están en Pujin.
"Un hombre llamado Huang Shubiao, que es dos años más joven que yo, me enfatizó que su bisabuelo gerenciaba la tienda Jinyuan."
"La historia de Jinyuan también ha sido transmitida en su familia. Él me aseguró que mi bisabuelo tuvo mucho éxito y que una vez regresó al pueblo natal para plantar un jardín y construir una sala de estudio. Siguen ahí. Ahora tengo un pariente cercano en China continental. La próxima vez que lo visite, vendré con mi familia."
Él y Huang Shubiao oraron juntos en el templo ancestral, donde las máximas de la familia -incluyendo el ahorro, la lealtad y la honestidad- están escritas en las paredes y su historia está esculpida en los pilares y placas.
Su hija, Huang Huichun, quien le acompañó en la visita a Pujin, expresó: "fue un viaje increíble. Ahora entiendo lo que sentía el corazón de mi padre y la razón de sus alegres lágrimas."