Los ratone s tratados perdieron peso y redujeron la resistencia a la insulina. (Georgejason / Getty Images/iStockphoto)
Barcelona, 10/07/2018(El Pueblo en Línea) - Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) han desarrollado una terapia génica que logra revertir la diabetes tipo 2 y la obesidad en ratones. Liderados por la investigadora Icrea Fátima Bosch, los científicos, del Centre de Biotecnologia Animal i de Teràpia Gènica de la UAB (CBATEG), han demostrado por primera vez que se puede contrarrestar la resistencia a la insulina que provoca la diabetes, así como reducir el peso en animales obesos administrando una sola inyección de un gen terapéutico, sin además tener efectos secundarios, según La Vanguardia.
Asimismo, han visto que en ratones sanos esta misma terapia génica hace que envejezcan de forma más saludable al protegerlos del sobrepeso y la resistencia a la insulina asociadas a la edad. Los resultados se publican hoy en la revista EMBO Molecular Medicine. Los investigadores ya trabajan para replicar los resultados del estudio en animales más grandes, más cercanos a los humanos, y poder llegar a aplicar la terapia en un ensayo clínico con personas diabéticas lo antes posible.
En esta terapia, los investigadores utilizan un virus modificado genéticamente para que no tenga capacidad de infección ni de replicación como caballo de Troya para entrar en las células. Una vez allí, el virus libera un gen terapéutico, el FGF21, que se inserta en el núcleo de la célula y hace que ésta comience a producir de manera continuada y constante una proteína, la FGF21, que se va a continuación a la sangre y se reparte así por todo el organismo. Esta proteína es una hormona que se segrega de manera natural en diversos órganos y que se ha visto que actúa para normalizar el mecanismo energético.
La ventaja del gen terapéutico FGF21 es que permite manipular algunos tejidos del organismo para que se conviertan en una especie de fábricas de esta hormona. Los investigadores lo han aplicado en el hígado, sobre todo, pero también lo han probado en el tejido adiposo y el músculo esquelético.