Beijing, 10/07/2018(El Pueblo en Línea) - La mentalidad de suma cero mostrada por Estados Unidos está en contra de las reglas comerciales. No sólo obstaculiza la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos, sino que también aporta una gran incertidumbre a la economía mundial.
"El objetivo de Estados Unidos de reducir los déficits comerciales mediante medidas arancelarias fracasará en ese sentido", "al margen de las normas de la OMC, las medidas arancelarias de los Estados Unidos dañarán el sistema de comercio internacional basado en reglas", la guerra comercial iniciada por Washington ha sido ampliamente criticada por medios internacionales debido a sus consecuencias negativas.
La base para la cooperación económica y comercial es la complementariedad, no una mentalidad de suma cero. La cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos es un ejemplo vívido de la teoría de que la producción, los servicios y los mercados abiertos impulsan el crecimiento económico y fomentan la prosperidad de los países.
Como el país en desarrollo y el país desarrollado más grandes del mundo, China y Estados Unidos son países diferentes en términos de estructura económica y recursos. Estas diferencias crearon una relación altamente complementaria que se convirtió en un fuerte motor de cooperación.
Se ha construido una comunidad de intereses compartidos con una profunda integración e independencia, combinando las fortalezas estadounidenses en la creación de alto valor agregado e investigación con las ventajas chinas de producción y ensamblaje competitivos.
La realidad demuestra que la cooperación ha logrado resultados provechosos para ambas partes, mientras que la confrontación solamente induce a la fórmula perder-perder.
En 2017, el volumen comercial China-Estados Unidos alcanzó los 583,7 mil millones de dólares, lo que significa 233 veces la cifra de 1979 cuando los dos países establecieron relaciones diplomáticas. Un informe publicado por el Consejo de Negocios de Estados Unidos demostró que las exportaciones estadounidenses a China han apoyado, como mínimo, el establecimiento de un millón de empleos estadounidenses.
La experiencia del comercio internacional ha demostrado que el proteccionismo unilateral es un juego que ni ayuda a resolver los problemas estructurales del que inicia la contienda ni beneficia a los consumidores globales.
Las duras medidas arancelarias contra los productos chinos sólo redundará en que un mayor número de empresas estadounidenses pierdan el mercado chino y las oportunidades que surgirán en las nuevas rondas de reformas y apertura.
La cooperación económica y comercial no impulsa el desarrollo desequilibrado sino la prosperidad común. La cooperación China-EE.UU. es una parte importante de la globalización económica. En 2017, el volumen de comercio de productos básicos y servicios de China y Estados Unidos representó el 10,4 por ciento y el 11,4 por ciento del total mundial, respectivamente.
Actualmente, la estabilidad de la inversión y el comercio es esencial para la recuperación económica mundial. El proteccionismo comercial de Estados Unidos está destinado a perturbar el orden comercial internacional y obstaculizar la globalización económica.
La tendencia de la globalización implica que los intereses de los países estén interrelacionados y por lo tanto, la construcción de una comunidad de destino compartido es muy necesaria en el mundo de hoy.
Como la economía del país desarrollado más grande del mundo, los Estados Unidos debe sintonizar con la época actual y adoptar una actitud bilateral provechosa. Es anticuada la mentalidad que se oponga a la tendencia de los tiempos que corren. Los países se mueven en espiral hacia el futuro, por lo tanto, solamente un concepto de relación comercial que sea provechoso para ambas partes podrá garantizar el desarrollo sostenible de todas las economías.
Todos los seres vivos pueden saciar sus necesidades sin tener que herirse los unos a otros y todos los caminos se pueden recorrer en paralelo sin necesidad de lamentables interferencias. La mentalidad de suma cero, que ubica los intereses de Estados Unidos por encima de los intereses de todas las demás naciones, es un pensamiento retrógrada que urge declinar.
El planeta es lo suficientemente amplio para que todos los países se desarrollen y prosperen. Estados Unidos tiene que suprimir su actual mentalidad de suma cero y podrá construir un mejor sistema comercial con los demás países, proporcionar un mayor bienestar a las personas y crear más dividendos en los procesos de desarrollo.