Dai Guangqun esparce maíz en una formación rocosa a lo largo del río Daning, un afluente del río Yangtze, en el condado Wushan en Chongqing. [Foto / Xinhua]
Chongqing, 11/07/2018(El Pueblo en Línea) - Todos los martes por la mañana, un pequeño barco atraca en cuatro sitios a lo largo del río Daning, un afluente del río Yangtze, y Dai Guangqun comienza a dispersar 500 kilogramos de maíz.
Silba, un silbido largo y dos cortos, para indicar a sus amigos peludos que su banquete semanal está listo. Miles de macacos salvajes pronto llegan al lugar.
Los monos protegidos por el Estado viven desde hace mucho tiempo en las riberas del Yangtse superior, como se describe en un poema del poeta Li Bai (701-762): "Con los monos en las riberas de los ríos charlando incesante y ruidosamente, mi barco ha dejado cadenas de montañas lejos detrás".
Sin embargo, el aumento de la actividad humana y la tala desenfrenada de los árboles han hecho que los primates sean un espectáculo raro, hasta hace poco.
A mediados de la década de 1990, había menos de 100 macacos salvajes en las gargantas de Longmen, Bawu y Dicui en el condado Wushan de Chongqing, conocidos colectivamente como las "Tres Gargantas Pequeñas". Hoy, la población supera los 3.000, según Tao Jubin, de la Oficina de Turismo del condado.
Dai ofrece maíz y otros alimentos a los monos, y además recolecta basura de los lugares pintorescos de los alrededores. Como muchas personas que crecieron a lo largo del Yangtze, una vez cortó árboles para plantar cultivos, quemó la madera para calentar la casa y para poder cocinar.
Sin embargo, a medida que el público gradualmente se dio cuenta del daño ambiental, el gobierno de Chongqing tomó medidas para proteger la vida silvestre y expandir la vegetación.
Muchos pobladores de las montañas fueron reubicados para reducir su impacto en los hábitats de los macacos silvestres, se cerraron los puertos fluviales y se prohibió al público talar árboles.
El trabajo duro ha dado sus frutos, con una población de monos ahora floreciente. Sin embargo, esto ha traído un nuevo conjunto de problemas. Como no hay suficiente fruta silvestre en las montañas, los monos a menudo corren colina abajo y roban maíz de los campos circundantes.
Para ayudar a los primates y a los humanos a llevarse bien, el gobierno de Wushan gasta alrededor de 1 millón de yuanes (150.000 de dólares) al año en alimentos para los macacos, lo que lleva a una clara disminución en el robo de las cosechas de los aldeanos.