Certificado de contratista del Buró de Ingeniería en Ferrocarrriles Chengdu-Chongqing
Levantándose de las cenizas
39 años después que el primer ferrocarril de los Estados Unidos -los 27 kilómetros de la línea Stockton–Darlington- comenzara a operar en 1864, un comerciante británico construyó un ferrocarril de 600 metros de largo en Beijing para demostrar la tecnología a los chinos. La novedad asustó tanto al público como a la corte imperial, que desmantelaron el ferrocarril más tarde, encontrando la tecnología "sumamente extraña".
"La tardía llegada del ferrocarril a China se debió tanto a la falta de industrialización como a la actitud escéptica del país hacia la tecnología moderna. Posteriormente, y a pesar de la objeción de los locales, los países extranjeros construyeron sus propias redes ferroviarias en China marcando el comienzo de la humillante historia ferroviaria de la nación", precisó Gou, historiador del Museo Ferroviario de China.
La falta de tecnologías ferroviarias modernas obligaba a la asistencia externa. A partir de 1949, China poseía 4.069 locomotoras, todas ellas fabricadas en nueve países extranjeros.
En el siglo XIX se adoptaron diferentes tecnologías y normas ferroviarias en China. Y aunque las autoridades chinas desearon fijar un estándar ferroviario unificado, su debilidad y desventajas técnicas no le dieron ninguna opinión autorizada", señaló Zhou.