TOKIO, 15 ago (Xinhua) -- Japón observó hoy el 73º aniversario de su rendición en la Segunda Guerra Mundial y el emperador Akihito reiteró su "profundo remordimiento" por los actos de su país durante la guerra.
Varios eventos se realizaron hoy en todo el país para reflexionar con motivo de la ocasión anual y rezar por la paz.
En el estadio Nippon Budokan en Tokio, más de 5.000 participantes, incluyendo parientes de quienes perdieron la vida, se reunieron para escuchar los mensajes tanto del emperador Akihito, quien asiste por última vez como emperador dado que abdicará en abril próximo, como del primer ministro Shinzo Abe.
En su mensaje, Abe prometió abordar sinceramente las causas del conflicto y trabajar para crear un mundo en el que todos puedan vivir en paz.
"Nunca más repetiremos la devastación de la guerra. Haremos frente a la historia con humildad. Y sin importar el rumbo que tome el mundo, mantendremos con firmeza esta promesa", dijo el primer ministro, quien evitó utilizar la palabra "remordimiento" como ha sido el caso en todos sus mensajes anuales desde que asumió el cargo en 2012.
Los predecesores de Abe, principalmente el ex primer ministro Tomiichi Murayama, por lo general han hecho referencia al sincero remordimiento del gobierno y del país por las atrocidades bélicas japonesas antes y durante su brutal ocupación de muchas partes de Asia.
Murayama fue el primero en utilizar la palabra "remordimiento" en la ceremonia conmemorativa anual en 1994.
El emperador Akihito, en su último mensaje desde su ascenso en 1989, habló, como siempre, con un tono conciliador sobre el remordimiento que siente por la guerra y de que nunca deben repetirse los estragos de la guerra.
"Al recordar el largo período de paz de la posguerra, reflexionar sobre nuestro pasado y tener en cuenta los sentimientos de profundo remordimiento, sinceramente espero que los estragos de la guerra nunca se repitan", dijo Akihito, cuyos deberes lo han llevado a muchos países tratados con brutalidad por Japón para sanar las heridas y rezar por las vidas perdidas.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, un 80 por ciento de los que asistieron a la ceremonia tienen 70 años o más.
Japón enfrenta ahora el desafío de educar a las generaciones más jóvenes sobre las realidades de la guerra en el pasado y el presente, incluyendo la agresión japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Japón debe esforzarse para crear un país que entienda plenamente que sólo encarando directamente su historia puede avanzar realmente de forma pacífica y con la aceptación y confianza de sus vecinos regionales que sufrieron de forma tan horrible a manos del ejército japonés imperial.