QUITO, 30 oct (Xinhua) -- La salud del ex vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, condenado a seis años de prisión dentro de la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, se encuentra en riesgo luego de 10 días de huelga de hambre, alertó hoy martes su esposa Cinthya Díaz.
"Pido que me ayuden para que mi esposo tenga garantías para su salud. Está 10 días en huelga de hambre (...), y sus fuerzas son cada vez menores", dijo Díaz en rueda de prensa en la Asamblea Nacional (Congreso unicameral) junto a asambleístas afines a Glas.
"Mi esposo es una bomba de tiempo (por los problemas de salud que padece)", agregó Díaz, por lo que pidió "misericordia".
Al mismo tiempo, Díaz solicitó al gobierno que disponga el traslado de Glas a la cárcel 4 de Quito, un centro de detención especial en la capital ecuatoriana.
"Yo no estoy aquí como política porque no lo soy, estoy aquí como madre, como hija, como esposa. Son 10 días en huelga de hambre. Yo sólo vengo aquí para suplicarles, para pedirle al gobierno que me ayude para que mi esposo pueda regresar a otro lugar en donde se garantice su salud y su estado físico", expresó.
Glas ya cumplía prisión preventiva en la cárcel 4 de Quito desde el 2 de octubre de 2017, pero por decisión del gobierno fue trasladado el pasado 21 de octubre a la cárcel de Latacunga, ubicada en la ciudad del mismo nombre en la provincia andina de Cotopaxi (centro).
Latacunga es una cárcel de máxima seguridad a la que Glas fue cambiado con base en un informe de Inteligencia, que recomendaba su traslado por razones de seguridad, según argumentó entonces el gobierno del presidente Lenín Moreno, del cual Glas fue su vicepresidente.
El gobierno ofreció que se garantizará la integridad de Glas, de acuerdo con los protocolos vigentes.
Según el abogado defensor de Glas, Eduardo Franco, el ex vicepresidente sufre de hipertensión y gastritis crónica severa.
Glas se declaró en huelga de hambre debido a las condiciones "deplorables e infrahumanas" en las cuales se encuentra recluido en la cárcel de Latacunga, según informó su abogado.
El letrado responsabilizó a las autoridades ecuatorianas por la seguridad física y la vida de Glas.
Asimismo, Díaz sostuvo que aunque la cárcel 4 no es óptima, al menos se garantiza que Glas pueda ser atendido por médicos.
"Nosotros, mi familia, sus hijos, su mamá, todos estamos devastados. Yo pido, por favor, que alguien se pronuncie", insistió la esposa del ex vicepresidente.
Recordó que Glas nunca pensó salir del país, y que fue detenido en su casa en la ciudad de Guayaquil (suroeste) en octubre de 2017, luego de que la justicia local emitiera una orden de prisión en su contra.
El pasado 25 de octubre, el juez de Garantías Penales, Vinicio Santamaría, negó un recurso de "habeas corpus" planteado por la defensa de Glas, para proteger la integridad personal del ex vicepresidente.
Glas, quien se considera "un preso político", está en prisión preventiva a la espera de que la justicia local ratifique la condena de seis años impuesta en diciembre de 2017, después que la Fiscalía lo acusó de haber recibido sobornos por 13,5 millones de dólares para beneficiar a Odebrecht con contratos del Estado en cinco proyectos de los sectores estratégicos.
Estas irregularidades se habrían cometido entre 2012 y 2016.
Según la Fiscalía, el tío de Glas, Ricardo Rivera, también condenado en este caso, actuó como intermediario para solicitar y recibir esos pagos.
Glas fue vicepresidente en el gobierno del entonces presidente Rafael Correa, entre 2013 y 2017, y ejerció el mismo cargo en la actual administración de Lenín Moreno, entre el 24 de mayo de 2017 y el 3 de enero de 2018, cuando fue cesado por ausencia definitiva tras haber ingresado a prisión el 2 de octubre del año pasado.
Antes de ser vicepresidente en 2013, Glas fue ministro coordinador de los Sectores Estratégicos en el gobierno de Correa.
Actualmente, Glas está a la espera de que la Corte Nacional de Justicia fije fecha para que en una audiencia se revise un recurso de casación presentado por su defensa.