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¿Cuál es el poder primordial detrás del desarrollo de China?

Por Ding Gang

Beijing,26/11/2018(El Pueblo en Línea)-No hace mucho, en el Centro de Convenciones de Amador, en Panamá, conocí a un joven llamado Jili Amu. Él pertenece a la minoría Yi, una étnia china que vive en Liangshan Yi, provincia de Sichuan.

Después de licenciarse, Jili cursó un programa de posgrado y obtuvo su maestría antes de lo programado. Al graduarse, fue contratado por la empresa Construcciones Chinas para las Américas (CCA, por sus siglas en inglés), subsidiaria de la Corporación Estatal de Ingeniería de la Construcción de China (CSCEC, por sus siglas en inglés).

El día que le conocí, aún no llevaba mucho tiempo en Panamá.

Liangshan, ciudad natal de Jili, es uno de los lugares donde China lucha por aliviar la pobreza de sus habitantes. Este joven tiene dos hermanas menores, ambas en la universidad. Con el fin de proporcionar una buena educación a sus tres hijos, sus padres -ambos trabajadores migrantes- han dado lo mejor de sí durante más de 20 años.

Gracias a los esfuerzos del gobierno local, la ciudad natal de Jili se encamina para salir de la pobreza.

La campaña contra la pobreza, implementada por el gobierno chino, es como un gran puente que conecta las zonas chinas de bajos ingresos con el mundo exterior, permitiendo a numerosos jóvenes destacados encontrar ampliar sus horizontes y realizar sus sueños en un mundo más amplio.

El centro de convenciones Amador, actualmente en construcción, es uno de los proyectos emprendidos por la CCA. Desde que la compañía china hace más de treinta años entró en el mercado de Estados Unidos, CSCEC ha estado evolucionando constantemente gracias a sus sólidos cimientos y espíritus empresariales cultivados en China.

La empresa, que compite con empresas estadounidenses en el mismo mercado, ha contribuido al desarrollo de la industria de la construcción en América del Norte.

Al igual que Jili Amu, la CSCEC confía que el futuro está lleno de esperanzas y hay que esforzarse por merecerlo.

Hubo un tiempo en que algunos estadounidenses afirmaron que el desarrollo de China no era más que el resultado de "apropiaciones", y que China era sólo una "máquina de copiar ".

Hace apenas dos meses, el portal digital sobre china en el periódico financiero británico Times publicó un artículo titulado "La China joven y la joven porcelana: observaciones de un estadounidense post-90s".

Considero que hay un pasaje en el artículo que responde al prejuicio acerca del desarrollo chino.

El fragmento dice: "recalcamos la importancia del desarrollo integral. Los fines de semana cuando andamos por la calle, pasamos las noches lejos de casa, vamos a nadar o jugamos al baloncesto, nuestros compañeros chinos están estudiando."

La diligencia del pueblo chino puede ser evidenciada analizando estadísticas. De acuerdo al Banco Mundial, la tasa promedio de participación de la fuerza de trabajo de China entre 1990 y 2017 se situó en 74,5 por ciento, entre las más altas del mundo. Y durante ese período alcanzó un pico del 79,1 por ciento.

Si los políticos de Washington están dispuestos a mirar un poco más lejos para calibrar la nueva generación china que representa Jili Amu y sus dos hermanas más jóvenes y entender el valor de la generación de trabajadores que les precede, entonces entenderán mejor los notables logros de China y los problemas derivados.

El éxito internacional de los chinos y las empresas chinas, y las extraordinarias capacidades demostradas dentro de las culturas occidentales, son un resultado de su arduo estudio y denonado trabajo.

"La felicidad sólo se puede merecer cuando la vida se llena de esfuerzos".

"El proceso de trabajar sin descanso para lograr el sueño individual es en sí mismo una gran felicidad".

Estas dos simples verdades explican el poder primordial que ha permitido el incesante desarrollo de China.

 

El autor es investigador principal del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad de Renmin de China