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Estados Unidos no está en desventaja comercial con China

Actualizado a las 15/10/2018 - 16:25
Palabras clave:Estados Unidos,   desventaja comercial ,China

Por Zhong Xuanli

Beijing,15/10/2018(El Pueblo en Línea)-Estados Unidos se equivoca cuando, solamente tomando en cuenta el déficit comercial, afirma que se encuentra "en desventaja" e "invadido económicamente" en la relación comercial con China.

Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China son mutuamente voluntarias y complementarias. China nunca ha buscado una relación comercial forzada con Estados Unidos o un resultado que ofrezca un superávit comercial.

Las estadísticas de las Naciones Unidas (ONU) indicaron que en 2017 las exportaciones de bienes estadounidenses a China ascendieron a 129.890.000.000 dólares, un aumento del 577%, desde los 19,18 mil millones dólares del año 2001. Esta tasa es mucho mayor que la tasa promedio de crecimiento de las exportaciones totales estadounidenses, que verificó un 112 por ciento en el mismo período.

Cabe destacar que sobre ese crecimiento pesa las restricciones estadounidenses a ciertos rublos exportables y la prohibición de vender tecnologías de punta a China.

El déficit comercial de Estados Unidos con China probablemente se vería reducido si el primero permitiera la venta de sus productos de alta tecnología al gigante asiático. Si los Estados Unidos vendieran cuatro portaaviones clase Ford a un precio de 15 mil millones de dólares cada uno, la operación reduciría 60 mil millones de dólares del déficit comercial.

Un informe de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, publicado en abril del 2017, indicó que si Estados Unidos liberalizara las barreras exportadoras que mantiene con China, y las ubica al mismo nivel del comercio que mantiene con Brasil o Francia, el déficit comercial de Estados Unidos con China se vería reducido un 24 por ciento y un 35 por ciento, respectivamente.

Mientras ha conservado la innovación, el diseño y la comercialización en su propio territorio, Estados Unidos ha transladado sus líneas de producción y ensamblaje hacia el extranjero, siendo China el país más receptivo de esta transferencia industrial global.

Una gran cantidad de exportaciones chinas hacia los Estados Unidos son realmente productos diseñados por Estados Unidos que se fabrican en China. A las empresas chinas se les paga por la fabricación de esos productos, ganando mucho menos que las transnacionales.

Es totalmente injusto expresar que China se ha beneficiado más que los Estados Unidos.

En lugar de ser una "agresión económica", el desarrollo chino ha proporcionado fuerza para el crecimiento económico global. Desde el 2013 y ocupando el primer lugar, China ha mantenido una contribución de alrededor del 30 por ciento al crecimiento económico mundial. En 2017, la cifra alcanzó el 34,6 por ciento, duplicando la contribución de Estados Unidos.

El desarrollo de China también ha ampliado el mercado mundial. Del 2001 al 2017, el crecimiento de las mercancías importadas por China aumentó un 13,5 por ciento como promedio, el doble que el promedio global. Asimismo, el crecimiento medio de los servicios en las importaciones chinas fue de un 16,7 por ciento en igual período, lo que significa unas 2,7 veces el promedio global.

China es también un importante creador de empleo. Ha construido más de 80 zonas de cooperación económica y comercial junto a los países de “La Franja y la Ruta”, creando 244.000 empleos en esos territorios.

Entre el 2005 y el 2016, de acuerdo a la firma Ernst & Young, China ha creado más de 130.000 empleos en África, triplicando la contribución de Estados Unidos.

Además, de acuerdo a un informe de la Organización Internacional del Trabajo titulado “Efectos de China sobre la cantidad y calidad de los empleos en América Latina y el Caribe”, durante el período 1990-2016, China creó 1,8 millones de empleos en dicha región.

Algunos estadounidenses afirman que China les está "robando" empleos debido a que algunas fábricas estadounidenses fueron trasladadas hacia China. Sin embargo, esas acusaciones carecen de fundamento.

De acuerdo a estimaciones realizadas el año pasado por el Consejo de Negocios EE.UU-China, durante el 2015 las exportaciones de EE.UU. a China, y la inversión de dos vías EE.UU-China, apoyaron 2,6 millones de puestos de trabajo EE.UU-China.

Un estudio de la Universidad Ball State encontró que Estados Unidos ha perdido más de 7 millones empleos en el sector manufacturero -desde su punto máximo en 1979- pero la gran mayoría de los empleos perdidos (88 por ciento) son producto del desarrollo e implementación de la robótica industrial, y de otros factores endógenos que han ido reduciendo la necesidad de mano de obra en la producción de bienes estadounidenses. Esto prueba que la pérdida de empleos en Estados Unidos no tiene ninguna conexión directa con el desarrollo de China.

Desde el inicio del proceso de apertura y reforma, China jamás ha iniciado una fricción comercial. En cambio, se ha mantenido cumpliendo sus compromisos con la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Por otra parte, China ha aumentado la asistencia a los países en desarrollo, especialmente a los menos adelantados, como pare de un esfuerzo por reducir la brecha sur-norte. Hasta marzo del 2018, China ha otorgado un tratamiento de “arancel cero” al 97 por ciento de todas las líneas arancelarias de 36 países en desarrollo que tienen relaciones diplomáticas con China y han completado el proceso formal requerido.

En 2018, China anunció medidas para una mayor apertura y redujo sustancialmente el umbral para el acceso a sus mercados. También se comprometió en acelerar y profundizar la apertura general, del sector de los servicios y especialmente de la industria financiera.

Bajo el pretexto de una "apertura recíproca" y la abusada excusa de proteger la "seguridad nacional", Estados Unidos ha establecido el Comité de Inversión Extranjera, que incluye a miembros de varios departamentos, tales como el Departamento de Inteligencia. El concepto de "seguridad nacional" se amplía constantemente para convertirse en una herramienta para bloquear el accionar de las empresas extranjeras dentro de los Estados Unidos.

En 2017, el Comité de Inversión Extranjera restringió el acceso a Estados Unidos a más de 20 compañías extranjeras, la mitad de las cuales eran chinas, debido a la "seguridad nacional".

Como miembros de la Organización Mundial del Comercio, China y Estados Unidos deberían resolver sus conflictos económicos y comerciales bajo el marco de la OMC. Sin embargo, Estados Unidos ignoró los mecanismos de solución de diferencias de este organismo internacional y manejó arbitrariamente las fricciones de su comercio exterior, apelando a sus leyes nacionales.

El comportamiento de Estados Unidos no respeta los principios de la Organización Mundial del Comercio, así como sus obligaciones de reducción arancelaria y el trato de nación más favorecida. 

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