Chen Ningbu, un pastor de Hanggin Banner, Región Autónoma de Mongolia Interior, examina un panel con fotos sobre el proyecto de forestación del desierto Kubuqi durante una exposición conmemorativa por el 40 aniversario de la reforma y apertura de China, inaugurada en el Museo Nacional de China, Beijing, 26 de noviembre del 2018. [Foto: Ma Chi/ Chinadaily]
Por Ma Chi
Hanggin Banner, Mongolia Interior, 29/11/2018 (El Pueblo en Línea) - "Durante la noche, la arena formaba montañas en la puerta de nuesta casa, bloqueándola. Teníamos que salir por la ventana y palear para despejar la arena", recuerda Chen Ningbu, un pastor de 70 años que reside en Hanggin Banner, Región Autónoma de Mongolia Interior.
Visitando la exposición conmemorativa por el 40 aniversario de la reforma y apertura de China, inaugurada este lunes en el Museo Nacional de China, Chen narró a los periodistas cómo era la vida en el desierto de Kubuqi.
"Vivíamos en cabañas hechas de adobe. Debido al movimiento de la arena, en pocos años las viviendas quedaban enterradas y teníamos que trasladarnos con frecuencia", afirmó.
Hanggin Banner siempre estuvo invadido por la arena que el viento traía desde Kubuqi. Este desierto, ubicado a unos 800 kilómetros al oeste de Beijing, es el séptimo más grande de China y un centro de formación de tormentas de arena que amenazan a la capital del país.
"En primavera, a menudo las tormentas de arena azotan nuestro poblado. Cuando llegaban, el cielo se oscurecía y la arena lo cubría todo. Incluso golpeaba los rostros de los residentes, dejándoles moretones y los párpados hinchados”, subraya Chen.
Desde que, hace tres décadas, se inició un proyecto de forestación, ha mejorado la vida de los residentes locales y las zonas desérticas se han reducido significativamente.
El Grupo Elion lanzó en 1988 la iniciativa de plantar árboles. Para ayudar a los agricultores y ganaderos locales a salir de la pobreza, la empresa china los contrató para plantar y cuidar los árboles. Elion proporcionó las posturas, y además les pagaba si los árboles sobrevivían y cumplían con los estándares.
Chen precisó que al principio ganaba 20 renminbi diarios por trabajar un día sembrando, regando o podando árboles. Hoy percibe por un día de trabajo entre 300 y 400 renminbi.
El pastor de Mongolia Interior también añadió que el programa de plantación de árboles no sólo beneficia a los residentes locales, sino también a los trabajadores migrantes de las zonas vecinas como Gansu, Shaanxi y Ningxia.
Camino de exuberante vegetación en el desierto de Kubuqi. [Foto: Xinhua]
En las últimas tres décadas, se ha forestado más de 6.000 kilómetros cuadrados de desierto en Kubuqi, lo que significa un tercio de su área total.
Además de plantar árboles, el Grupo Elion también ha desarrollado un modo multi-industrial para mantener financieramente sostenible este proyecto de desarrollo verde.
El regaliz, una hierba medicinal china ampliamente utilizada debido a sus propiedades de mejorar el suelo, se ha cultivado en el desierto. El cultivo de esta planta que fertiliza el suelo ha incrementado el ingreso de los lugareños.
En el desierto, Elion también capitaliza abundante sol para desarrollar energía solar.
Zhang Xiangqian es otro pastor de la zona que trabaja en una brigada que instalar paneles de energía solar en el desierto.
Zhang considera que los paneles de energía solar pueden ralentizar los vientos y reducir la evaporación del agua, proporcionando un ambiente más agradable para que el crecimiento de las plantas.
Especies como el regaliz se pueden cultivar a la sombra de los paneles solares, mientras que gansos y pollos deambulan por debajo de ellos, fertilizando el suelo con sus excrementos.
El equipo de construcción, que emplea a más de 100 residentes, ofrece prioridad de empleo a los aldeanos de bajos ingresos.
De acuerdo al grupo Elion, hasta el momento, ya se han levantado más de 2.000 hectáreas de paneles de energía solar, con una capacidad de generación instalada de 510 megawatts.
Granja de energía solar en el desierto de Kubuqi. [Foto: Zou Hong/ China Daily]
En las últimas tres décadas, más de 100.000 residentes locales han podido salir de la pobreza gracias al proyecto de forestación y otras industrias instaladas en Kubuqi. Además, el ingreso promedio anual per cápita de las familias de bajos ingresos ha aumentado de menos de 400 renminbi a 15.000 renminbi.
"En el pasado, éramos tan pobres que los jóvenes de hoy no se lo pueden ni imaginar. En una familia con tres hijos, sólo había un par de pantalones. Así que sólo un niño podía salir mientras los demás esperan su turno dentro de casa", destaca Chen.
"Como no había camino en el desierto, los niños empezaban a ir a la escuela a los 12 ó 13 años. Y si nos enfermábamos, no teníamos hospital y había que tomar analgésicos o inyectarnos nosotros mismos para aliviar el dolor."
“Ahora, la mayoría de las personas del poblado viven en casas nuevas y perciben ingresos estables provenientes de la plantación de árboles y otros empleos vinculados al desierto”, asegura Chen.
"Y el entorno natural ha mejorado mucho”, añadió.
En el pasado, la vegetación era escasa y unos pocos animales podían sobrevivir. Una familia apenas tenía unas pocas vacas y cabras, pero ahora una granja grande puede criar hasta 500 vacas.
"Agradezco al gobierno chino y al Grupo Elion por cambiarme la vida. Por eso quiero seguir plantando árboles para mejorar aún más el medio ambiente de Kubuqi”, concluyó Chen.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)