MADRID, 2 dic (Xinhua) -- El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue el partido ganador de los comicios regionales de Andalucía (sur de España) de hoy con el 28,24 por ciento de los votos, ocho puntos menos que en las elecciones de 2015, en lo que supone el peor resultado de la historia de la formación en la región.
Los socialistas se derrumban hasta los 33 escaños, 14 menos que en las elecciones de 2015, y pueden perder el poder en Andalucía por primera vez desde 1978 ante el avance de partidos de derecha, especialmente el de la formación de extrema derecha VOX, que pasó de no tener ningún escaño a poseer 12.
Los conservadores del Partido Popular obtuvieron 26 escaños con el 20,69 por ciento de los votos, seis puntos menos que en 2015, mientras que los liberales de Ciudadanos llegaron al 18,14 por ciento de los votos y pasaron de los 12 escaños de 2015 a los 21 de esta noche.
El partido VOX, que destaca por sus políticas nacionalistas, anti inmigración, anti aborto y anti feministas, aglutinó el 10,89 por ciento de los votos y surge como la versión española de otros partidos de ultra derecha como la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia o el Movimiento de una Hungría Mejor del primer ministro húngaro, Viktor Orban.
Esta formación política consigue así su primer gran éxito electoral en su corta vida, ya que se fundó el 12 de diciembre de 2013 y en 2016 eligió a Santiago Abascal como su presidente a nivel nacional.
Por su parte, el partido de izquierda Adelante Andalucía sacó el 16,15 por ciento de los votos, transformados en 17 escaños, tres menos que en los comicios de 2015.
En las elecciones de Andalucía votaron 3.691.859 personas, el 58,65 por ciento de los 6.294.405 electores convocados hoy a las urnas.
Es la comunidad autónoma más poblada de España (8.379.820 habitantes en 2017) y la segunda más extensa (87 268 kilómetros cuadrados) tras Castilla y León (centro-norte del país), lo que explica su peso en el conjunto de la nación.
Se abre ahora un escenario en el que los partidos tendrán que pactar para que alguno de sus candidatos obtenga los votos suficientes para ser elegido presidente de Andalucía en el parlamento regional.
Si finalmente pactan los tres partidos que comparten el espectro político del centro y la derecha (PP, Ciudadanos y VOX) obtendrían 59 escaños y podrían desbancar al PSOE del poder en Andalucía, donde lleva gobernando desde la llegada de la democracia en 1978.
La mayoría absoluta necesaria para gobernar se encuentra en los 55 diputados, por lo que ni aunque se reeditara el pacto entre PSOE y Ciudadanos que en 2015 le dio la presidencia a la candidata socialista Susana Díaz, la izquierda tendría opciones de gobernar la región.
En una comparecencia celebrada a última hora de hoy para comentar los resultados de las elecciones, Díaz ofreció pactar a todas las fuerzas políticas y emplazó a todos los actores parlamentarios a "frenar a la extrema derecha".
Por su parte, el líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, afirmó que se encontraba "eufórico", confirmó que luchará por la presidencia de la región y destacó que su partido es "la única alternativa al PSOE".
Los liberales de Ciudadanos también pidieron el voto para su candidato, Juan Marín, y anunciaron sus intenciones de "echar al PSOE".
La cuarta fuerza, Adelante Andalucía, señaló que su intención es "hacerle frente a la extrema derecha".
La sorpresa de la noche, VOX, que ha multiplicado por 46 el 0,80 por ciento de los votos de 2015 al 10,95 de hoy, señaló que "comienza la regeneración de los valores que se han tirado por el suelo" por medio de su candidato, Francisco Serrano.
Las elecciones andaluzas son significativas debido a que pueden funcionar como anticipo a los comicios a nivel europeo, regional y municipal que España debe celebrar en seis meses.
El resultado es un varapalo para el presidente del Gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, que llegó al poder desde el pasado mes de junio mediante una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy (PP).
El resultado en Andalucía puede animar a Sánchez a terminar su mandato en 2020 y no decidirse por un adelanto de las elecciones generales que coincida con los comicios europeos, municipales y regionales de mayo como le pide la oposición.