WASHINGTON, 13 dic (Xinhua) -- Investigadores estadounidenses diseñaron una cápsula ingerible controlada de forma inalámbrica por Bluetooth, la cual puede utilizarse para suministrar medicamento conforme a instrucciones establecidas desde el teléfono inteligente del usuario.
Las cápsulas impresas en 3D pueden permanecer en el estómago al menos un mes para tratar diversas enfermedades, se indicó en un estudio publicado hoy en la revista Advanced Materials Technologies.
Las cápsulas también podrían diseñarse para detectar infecciones o reacciones alérgicas antes liberar un medicamento en respuesta.
"Nuestro sistema podría ofrecer monitoreo y tratamiento de circuito cerrado con el que una señal podría ayudar a suministrar un medicamento o a ajustar la dosis de un medicamento", dijo Giovanni Traverso, científico visitante en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Los investigadores del MIT y el Hospital Brigham and Women's diseñaron una cápsula con seis brazos que se pliegan antes de ser revestida. Después de ser ingerida, se disuelve y despliega en forma de Y.
Esto permite al dispositivo permanecer en el estómago durante cerca de un mes, antes de romperse en pedazos más pequeños y atravesar el tracto gastrointestinal, indicó el estudio.
Además, uno de los brazos tiene cuatro pequeños compartimentos que pueden cargarse con medicamentos y estos medicamentos pueden empacarse dentro de polímeros que permitan su liberación gradual en el transcurso de varios días.
Los investigadores demostraron que la cápsula podría utilizarse para vigilar la temperatura y transmitir esa información directamente a un teléfono inteligente al alcance de la mano.
Los investigadores prevén que este tipo de sensor pueda utilizarse para diagnosticar los primeros síntomas de enfermedades y responder con la medicación apropiada.
Por ejemplo, podría utilizarse para vigilar a ciertas personas con alto riesgo de contagio, como pacientes que reciben medicamentos para quimioterapia. Si se detecta una infección, la cápsula podría liberar antibióticos.
La versión actual del dispositivo funciona con una pequeña batería de óxido de plata. Los investigadores exploran la posibilidad de reemplazar la batería con fuentes de energía alternativas, como una antena externa o los ácidos estomacales.