El experimento reproduce los patrones de oscilación de las ondas gravitacionales tras el choque de dos agujeros negros - Maurício Richartz
Madrid, 11/02/2019(El Pueblo en Línea) - Fue un físico canadiense, William Unruh, quien descubrió en 1981 que, con algunas simplificaciones, las ecuaciones que describen la propagación de una onda en la vecindad de un agujero negro son idénticas a las que describen la propagación de una onda en el agua que fluye por un desagüe, según ABC.
Para los científicos, esta analogía es perfecta porque ciertos fenómenos que ocurren en los agujeros negros no se pueden observar directamente, así que pueden simularlos en un laboratorio con un proceso hidrodinámico.
Esto es precisamente lo que ha hecho un equipo internacional de científicos en las instalaciones de la británica Universidad de Nottingham. El experimento, dado a conocer en la revista «Physical Review Letters», ha sido llevado a cabo en un gran tanque de agua de 3 metros por 1,5 metros. El agua fluye hacia afuera a través de un drenaje central y se bombea nuevamente hacia adentro, de modo que el sistema alcanza un punto de equilibrio en el que la cantidad de entrada es igual a la cantidad de salida. De esa forma, dicen los autores, se simula un agujero negro.
El flujo de agua se acelera a medida que se acerca al desagüe. «Cuando producimos ondas en la superficie del agua, obtenemos dos velocidades importantes: la velocidad de propagación de la onda y la velocidad del flujo global de agua», explica en un comunicado Maurício Richartz, profesor de la Universidad Federal de ABC en Brasil y uno de los autores del artículo.
«Lejos del drenaje, la velocidad de la onda es mucho más alta que la velocidad del fluido, por lo que las ondas pueden propagarse en cualquier dirección. Sin embargo, la situación es diferente cerca del desagüe. La velocidad del fluido es mucho mayor que la velocidad de la onda, por lo que las ondas son arrastradas hacia abajo por el flujo de agua incluso cuando se propagan en la dirección opuesta. Así es como se puede simular un agujero negro en el laboratorio», apunta.
En un agujero negro astrofísico real, su atracción gravitacional captura la materia y evita que se escapen ondas de cualquier tipo, incluida la luz. En el simulacro hidrodinámico, las ondas en la superficie del fluido no pueden escapar del vórtice que se forma.