Células madre humana - Archivo
California, 19/02/2019(El Pueblo en Línea) - El llamado 'corta-pega' genético o sistema de edición de genes CRISPR-Cas9 ha servido para fabricar las primeras células madre pluripotentes que son funcionalmente 'invisibles' para el sistema inmunológico, una proeza de la ingeniería biológica que, en estudios de laboratorio, impidió el rechazo de los trasplantes de células madre. Debido a que estas células madre 'universales' pueden generarse más eficientemente que las células madre hechas a la medida de cada paciente, estos datos suponen un gran paso para la ansiada acercan medicina regenerativa, según ABC.
«A menudo se habla del potencial terapéutico de las células madre pluripotentes, que pueden madurar y convertirse en cualquier tejido adulto, pero el sistema inmunológico ha sido un impedimento importante para las terapias de células madre seguras y eficaces», afirma Tobias Deuse, de la Universidad de California-San Francisco(EE.UU.) y autor principal del estudio, publicado hoy en «Nature Biotechnology».
El sistema inmunológico es un guardián implacable. Está programado para erradicar todo lo que percibe como extraño; de esta forma protege al organismo contra agentes infecciosos y otros invasores que podrían causar estragos si no se les controlara y eliminara. Pero este sofisticado sistema de vigilancia también hace que los órganos, tejidos o células extraños que son trasplantados sean vistos como ‘enemigos’ potencialmente peligrosos, lo que provoca una respuesta inmune vigorosa que conduce al rechazo del trasplante. Cuando esto ocurre se produce un ‘rechazo’ debido a falta de histocompatibilidad entre donante y huésped.
Hoy día, la forma de evitar este rechazo son los fármacos inmunosupresores. «Podemos administrar medicamentos que suprimen la actividad inmunológica y hacen que el rechazo sea menos probable. Desafortunadamente, los inmunosupresores tienen muchos efectos secundarios y, además, hacen que los pacientes sean más susceptibles a las infecciones y al cáncer», explica Sonja Schrepfer, autora principal del estudio.