Por José Aguiar
LIMA, 22 feb (Xinhua) -- En un cómodo sofá en la sala de estar de su apartamento en el sur de la capital peruana de Lima, Luis Chang Reyes, embajador de Perú en China entre 2002 y 2006, se acomodó frente a la cámara y el micrófono de Xinhua para compartir su experiencia.
Un clima bastante fresco, diferente a los sofocantes días calurosos desde que comenzó el verano en Perú, permitió que la conversación fuera amena, en especial para captar los innumerables datos que recordó respecto a su gestión diplomática en el país asiático.
Chang Reyes es ingeniero civil-sanitario egresado de la Universidad Nacional de Ingeniería de Perú en 1961.
En 1973 viajó por primera vez a Hong Kong y luego lo hizo nuevamente en 1983 cuando era ministro de Energía, en respuesta a una invitación del gobierno chino.
Recordó que en esa época estuvo en varias ciudades de China que comenzaban a desarrollarse, donde se notaban muchos contrastes entre calles y edificios antiguos con nuevos y modernos.
"Igualmente se veía mucha gente del campo con sus propias costumbres en un medio urbano tratando de modernizarse. Prácticamente todo el mundo utilizaba bicicletas, que era el medio de transporte masivo en China. Esto duró por mucho tiempo", describió.
En 2002 llegó a China para iniciar su labor como embajador y pudo observar con "asombro" la manera en que un "país tan grande" se había desarrollado en los últimos años, lo que le interesó mucho.
"En 2002 llegué a Beijing como embajador y el uso de la bicicleta continuaba (...) es a partir de esos años que los chinos saltaron de la bicicleta a los vehículos motorizados. Hoy en día se ven menos bicicletas", dijo.
Chang continuó con sus viajes al país asiático tras terminar la gestión diplomática en 2006.
Desde entonces ha viajado a China cada año y medio o cada dos años, lapso en que ha notado un desarrollo de infraestructura y un desarrollo interno no solamente desde el punto de vista de ingeniería, "sino como país".
Chang tampoco escatimó la oportunidad para hablar de sus experiencias personales durante la gestión como embajador.
Mencionó, por ejemplo, que tuvo la oportunidad de viajar a la ciudad de Zhongshan, en la provincia de Guangdong (sur), donde se ubica la antigua casa de su padre, quien llegó a Perú en 1933.
Reconoció no obstante que no visita Zhongshan con la frecuencia que le gustaría, sobre todo por el tiempo que toma ir desde la ciudad de Beijing.
"Lo he hecho quizás unas cuatro veces en este periodo del 2002 hasta la fecha y siempre muy bien recibido", compartió.
"Además con mucha sorpresa, porque para mí lo interesante era ver cómo se desarrollaba China fuera de la zona central, que es Beijing", complementó.
El ex embajador comentó también el progreso del país asiático en el campo de la informática y las conexiones, además de que "se consigue absolutamente de todo".
Expuso que China "ha venido haciendo paulatinamente" una apertura hacia el exterior, relacionada principalmente con la comunicación y otros productos.
Al referirse a la relación chino-peruana, el diplomático afirmó que es "espléndida", ya que Perú tiene lo que China necesita, mientras que la nación asiática brinda tecnología y productos industriales como vehículos y teléfonos, entre otros.
"Hay una relación muy buena", insistió, al tiempo que remarcó que el intercambio comercial pasó de 800 millones de dólares entre 2005-2006 a unos 20.000 millones de dólares en la actualidad.
"Entonces, hay un fuerte intercambio comercial que va a seguir creciendo, y creo que deberíamos aprovechar más", dijo.
"Yo creo que hay mucho campo todavía para poder avanzar y producir", consideró Chang.