BEIJING, 5 mar (Xinhua) -- A pesar de la creciente presión a la baja sobre su economía, China está asegurando al mundo su firme determinación en la persecución de un desarrollo ecológico con esfuerzos concretos y automotivados.
Para China, el desarrollo ecológico es un elemento fundamental de la modernización de su economía. El país se adhiere a una nueva visión de desarrollo que se caracteriza por el desarrollo innovador, coordinado, ecológico y abierto para beneficio de todos.
Esto no es por solicitud de otros sino por iniciativa propia del país.
Con una gran población, China enfrenta crecientes limitaciones de recursos, severa contaminación ambiental y un ecosistema deteriorado. El pueblo se ha vuelto cada vez más consciente de los problemas ambientales.
La dirección del país ha dejado en claro que China debe ganar la batalla para garantizar cielos azules y agua y suelo limpios.
La batalla no se ganará fácilmente.
Ante un ambiente doméstico e internacional complicado y desafiante de un tipo rara vez visto en muchos años, China tiene dos opciones: reducir los estándares de protección ambiental en la realización de nuevos proyectos para estimular el crecimiento o bien hallar soluciones fundamentales para resolver la contaminación y construir una civilización ecológica que beneficie a las futuras generaciones.
La decisión y acciones de China tranquilizan a quienes pudieran dudar de su seriedad acerca del desarrollo ecológico.
Cuando China dice que da prioridad a la protección ecológica, no se trata de palabras vacías.
Este año, China reducirá el consumo de energía por unidad del producto interno bruto (PIB) en alrededor de 3 por ciento. Las emisiones de dióxido de azufre y óxido de nitrógeno se reducirán en 3 por ciento, y habrá un descenso continuo en la densidad de PM2.5 en áreas clave.
El Gobierno central asignará 25.000 millones de yuanes (3.730 millones de dólares) para prevenir y controlar la contaminación del aire, un incremento de 25 por ciento interanual, una evidencia de la ventaja del sistema de gobernación de China que puede "concentrar recursos para cumplir las principales tareas".
China también fortalecerá a las industrias ecológicas y de protección ambiental, y seguirá adelante para conservar y restaurar los ecosistemas de montañas, ríos, lagos, bosques, tierras agrícolas y pastizales.
Formas de vida simples, moderadas, ecológicas y de bajas emisiones de carbono son cada vez más populares en China. Se ha vuelto un sentido común entre el público que las "aguas claras y las montañas frondosas son activos valiosos por sí mismos".
De hecho, el anhelo del país del crecimiento ecológico, en lugar de arrastrar hacia abajo a la economía, será un impulso para la economía, para China y para el resto del mundo.
Los inversionistas chinos y extranjeros están adoptando una nueva ola de oportunidades en el mercado para productos y servicios relacionados con el ambiente, tales como la modernización de la energía térmica y de la industria del acero, el desarrollo de redes de alcantarillado e instalaciones de tratamiento y la construcción de construcciones amigables con el ambiente.
China es uno de los primeros países en firmar el Acuerdo de París sobre cambio climático. China ha prometido detener el incremento de las emisiones de dióxido de carbono para alrededor del 2030.
Entre la esencia del pensamiento chino tradicional está el concepto de que el hombre y la naturaleza forman una comunidad de vida. Sólo mediante el respeto a las leyes de la naturaleza la humanidad puede evitar los errores costosos en su explotación.
China ha emprendido este camino accidentado pero prometedor. En el camino hacia una era de desarrollo ecológico, no habrá vuelta atrás.