BEIJING, 25 abr (Xinhua) -- Pequeñas y medianas empresas (pymes) de todo el mundo, de Bolivia a Tayikistán, pasando por Ruanda o Mazambique, "están cosechando ya los frutos" de su implicación en la iniciativa de la Franja y la Ruta, resaltó este jueves la directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional (ITC), Arancha González.
"Lo que estamos viendo es el gran interés que existe en que la Franja y la Ruta no solo sea para hacer infraestructuras, sino también conectividad de empresas que quieran hacer comercio o inversiones", dijo a Xinhua tras su ponencia en la conferencia de CEOs enmarcada en el II Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, que se celebra del 25 al 27 de abril en Beijing.
El ITC, una agencia de desarrollo conjunto de la ONU y la Organización Mundial del Comercio (OMC), es una de las 29 organizaciones internacionales que se han sumado a la Franja y la Ruta para apuntalar, entre otros ámbitos, la cooperación entre pymes de los países en desarrollo.
"Lo que nos preocupa es que la Franja y la Ruta sea incluyente, que no sea solo para las grandes empresas, que son el uno por ciento en el mundo, sino que sea también para las pymes, que son el 99 por ciento", detalló González, que destacó la "equidad", la "inclusión" y la "sostenibilidad" como pilares de esta iniciativa propuesta por China en 2013.
Desde el primer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional hace dos años, el ITC ha trabajado en dos direcciones: "que haya un espacio más grande para pymes de países terceros en el mercado chino" y "atraer a inversores chinos en el sector de agroprocesado y manufactura ligera para que inviertan en determinados países de África".
En cuanto al primer punto, explicó González, "hemos hecho una sinergia entre la Franja y la Ruta y la feria de importaciones de Shanghai, donde preparamos durante un año a 100 pymes de 20 países para que encontrasen clientes en el mercado chino".
Como resultado, relató, una empresa de Ruanda está suministrando productos agroprocesados a una cadena de supermercados china; firmas bolivianas, quinoa y productos orgánicos; agencias de Myanmar y Nepal han abierto rutas para turistas chinos que busquen conocer destinos exóticos, y empresas de Tayikistán han conseguido clientes en China para sus exportaciones de algodón y textiles.
La inversión china en una fábrica de procesado de tomate en Mozambique, los memorandos de entendimiento que mañana viernes firmarán empresas chinas con una fábrica de productos farmacéuticos, pasta de bambú y textiles en Etiopía, o el apoyo financiero chino a empresas textiles en Kenia son algunos de los frutos, entre tanto, de esa segunda dirección en que ha trabajado el ITC.
La agencia empezará ahora una tercera línea de trabajo en comercio digital, en la que espera apoyar, entre otras, a empresas de América Latina, apuntó González durante la conferencia, que contó con más de 800 participantes.
"El comercio electrónico no solo es de bienes sino también de servicios (auditoría, contabilidad, 'outsourcing'). Lo único que se necesita es una buena infraestructura digital y un sistema en tu país que te ayude a prestar esos servicios, que sean de calidad, que estén reconocidos internacionalmente, y esa parte del ecosistema es en la que vamos a empezar a trabajar", dijo.
Recordó que hace 30 años, el ITC daba su intermediación y apoyo técnico en China, apoyando por ejemplo a exportadores de flores y manzanas de la provincia meridional de Yunan para que exportasen a mercados terceros.
"Treinta años después, y este es el milagro económico chino, lo estamos haciendo para que otros puedan participar en el mercado chino", sentenció.