MEXICO, 27 jun (Xinhua) -- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confió hoy en resolver mediante la conciliación diferencias en torno a un contrato por la construcción de un gasoducto con un consorcio que involucra a la canadiense TC Energía.
En rueda de prensa, el mandatario dijo que su gobierno entabló un diálogo después de que la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) iniciara un proceso de arbitraje internacional en contra del consorcio Infraestructura Marina del Golfo, que incluye a TC Energía y a IEnova, filial de la estadounidense Sempra Energy.
"Ahora se inició un proceso que tiene como propósito principal el que haya un diálogo con las empresas, en este caso esta empresa canadiense, y se va a buscar que mediante la conciliación se resuelva el problema", indicó López Obrador.
El mandatario mexicano dijo que desde que asumió el cargo, el pasado 1 de diciembre, su gobierno ha detectado una serie de contratos "abusivos" que otorgaban grandes beneficios a las empresas al elevar los costos de financiamiento.
El presidente señaló que, de continuar con esa lógica, se llegaría al punto de quebrar a la estatal CFE, que ya enfrenta serios problemas financieros.
Los comentarios del mandatario ocurren después de que el embajador canadiense en México, Pierre Alarie, publicara el miércoles en su cuenta de Twitter estar "profundamente preocupado" por las acciones recientes de la CFE, que envían la señal de que "México no desea respetar los contratos de los gasoductos".
López Obrador dijo que el representante diplomático está en su derecho de externar su punto de vista.
"El embajador tiene que hacerlo, como lo haría cualquier embajador, tiene que defender a una empresa de su país, pero se va a llegar a un acuerdo porque tenemos también nosotros que defender los bienes y los intereses del pueblo de México", subrayó.
En la demanda interpuesta el pasado 24 de junio, la CFE está buscando la nulidad de ciertas disposiciones del contrato de servicios de transporte del Gasoducto Marino Sur de Texas-Tuxpan, construido por el consorcio y valuado en más de 2.500 millones de dólares.
El gasoducto, cuya construcción terminó el pasado 11 de junio, fue una obra licitada en la administración del ex presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), y busca aumentar la capacidad de importación de gas natural desde el sur de Estados Unidos hacia el centro y sur de México hasta en un 40 por ciento.
La licitación también forma parte de la reforma energética impulsada por Peña Nieto, a la que el actual mandatario mexicano se ha referido como "una gran mentira" , al considerar que ha fallado en cumplir con sus objetivos.
La reforma al sector está dirigida a permitir la participación de capital privado en algunas áreas que estaban reservadas para el Estado, ante la falta de recursos para impulsar proyectos de inversión por parte de la CFE y la también estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).