NANNING, 16 jul (Xinhua) -- Las lluvias torrenciales que golpean el sur de China no solo han causado afectaciones en la vida cotidiana de la gente, sino que también amenazan la industria turística.
La pintoresca ciudad de Guilin, en la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi, ha sufrido fuertes precipitaciones desde el viernes pasado, lo que obligó al cierre de muchos sitios turísticos y la cancelación de viajes por barco. El escenario ha conllevado una significativa reducción en el número de visitantes.
El distrito de Yangshuo de Guilin es una de las principales atracciones turísticas de la región, famoso por sus montañas kársticas y hermosos ríos. La afluencia de visitantes hacia el lugar se redujo en un 30 por ciento interanual hasta 550.000 personas del 1 al 15 de julio, según el gobierno distrital.
Las fuertes lluvias también dañaron instalaciones valoradas en 120 millones de yuanes (17 millones de dólares) en el distrito, lo que provocó una pérdida económica directa de más de 90 millones de yuanes para los empresarios locales.
Entretanto, el número de turistas que visitó el Parque Xiangshan de Guilin entre 1 y el 15 de julio se redujo un 80 por ciento en comparación con el mismo periodo del 2018.
"Abrimos una plataforma de observación en un lugar más alto y los turistas tienen que turnarse para disfrutar del paisaje local", explicó Long Qiaosheng, trabajador del parque.
"Es una pena que no hayamos podido disfrutar muchos de los paisajes de Guilin", se quejó Ruan Zhaoming, viajero proveniente de la provincia oriental de Jiangsu. "Sabíamos que llovería, pero no esperábamos que fuera tan fuerte aquí".
En la atracción turística del río Lijiang de Yangshuo los ingresos por turismo disminuyeron en unos 8 millones de yuanes en comparación con el mismo lapso del año pasado.
Las lluvias torrenciales habían afectado a más de 360.000 personas en Guangxi hasta el domingo, dañando más de 35.000 hectáreas de cultivos, según el departamento de gestión de emergencias de la región.
El clima desastroso en Guangxi llevó a las autoridades a activar una respuesta de emergencia de nivel II y enviar equipos de trabajo especiales y materiales de ayuda a las áreas devastadas.