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Beijing, 21/08/2019 (El Pueblo en Línea) -La llamada "transferencia forzosa de tecnología" no existe en China. Es una mentira cocinada por políticos estadounidenses. No pueden probar sus afirmaciones aquellos que inventaron el cuento sobre la exigencia del gobierno chino a las empresas extranjeras que “tienen” que entregar sus tecnologías si quieren hacer negocios en China.
Es innegable que el concepto de aprendizaje mutuo se verifica, de forma global, en el desarrollo de la tecnología. Hace 30 años, Estados Unidos estaba muy por delante de otros países en tecnología. En ese momento China necesitaba aprender de Estados Unidos, y de hecho mejoró mucho su fuerza tecnológica a través de la proximidad con los líderes mundiales del sector.
Sin embargo, a lo largo de su desarrollo, China nunca ha tenido políticas o prácticas que la vinculen con el hecho de forzar a las empresas extranjeras para que transfieran sus tecnologías al gigante asiático.
¿Las empresas extranjeras han transferido tecnologías a sus homólogos chinos? Sí, seguro. Y debe quedar claro que esa transferencia de tecnología ha sido una actividad comercial mutuamente beneficiosa.
Por ejemplo, Siemens ha apoyado a China en sus esfuerzos por desarrollar la tecnología Time Division - Synchronous Code Division Multiple Access (TD-SCDMA). La compañía había desarrollado previamente la tecnología TD-SCDMA, pero no obtuvo apoyo en Europa. Por lo tanto, Siemens cambió su enfoque a la tecnología de duplexado por división de frecuencia (FDD), lo que significaba que sus resultados tecnológicos en la tecnología TD-SCDMA en gran medida se desperdiciarían. Es por eso que estuvo dispuesta a cooperar con las empresas chinas y proporcionar sus logros en materia de TD-SCDMA.
Asimismo, con el objetivo de desarrollar equipos de sistemas de comunicación, incluyendo tecnologías y productos 5G, es bien sabido que Nokia Corporation y Alcatel-Lucent Shanghai Bell Co. Ltd. han establecido una nueva empresa conjunta: Nokia Shanghai Bell.
Si dos empresas deciden expandir su mercado mediante la creación de una empresa conjunta, ¿cómo pueden integrar y poner en común sus fortalezas para desarrollarse si no comparten sus tecnologías?
A medida que las empresas chinas se fortalecen y se expanden en el mercado extranjero, han ido entendiendo que tienen que pagar por el derecho a utilizar la propiedad intelectual. En China, Huawei es el cliente más importante de Qualcomm, comprándole una enorme cantidad anual de microprocesadores y pagándole por el derecho a utilizar su propiedad intelectual.
En el mundo globalizado de hoy, se ha convertido en una práctica habitual, tanto para las empresas chinas como extranjeras, el hecho de negociar contratos que acuerden el derecho a utilizar la propiedad intelectual de la contraparte y de resolver cuestiones relativas a los derechos de la propiedad intelectual a través de canales legales. Si una empresa china viola los derechos de propiedad intelectual de una empresa extranjera, ésta puede denunciar la infracción a las autoridades chinas o presentar una demanda ante los tribunales.
En la actualidad, los productos más populares de Estados Unidos vendidos en China provienen de la industria de la informática y la electrónica, como los microprocesadores, los programas de computación, los servidores y los enrutadores. Además de hacerlo con empresas estadounidenses, las empresas chinas también cooperan con pesos pesados de la industria como Nortel Networks, Ericsson, Nokia y Siemens.
Hasta la fecha, no existe ningún ejecutivo extranjero que se haya quejado porque una empresa china le obliga a transferir tecnologías. Tampoco ninguna empresa o proyecto chino ha establecido la transferencia de tecnología como un requisito obligatorio para la cooperación.