Imagen del 13 de agosto de 2019, de pobladores caminando en la reserva amazónica Pacaya Samiria, en Loreto, Perú. Las comunidades indígenas de la Amazonia peruana se han convertido en guardianes de los bosques para evitar la deforestación y la incursión de depredadores de especies, destacó el miércoles el jefe del Servicio Nacional de Areas Naturales Protegidas (Sernanp), Pedro Gamboa. (Xinhua/Mariana Bazo)
Por Juan Limachi
LIMA, 21 ago (Xinhua) -- Las comunidades indígenas de la Amazonia peruana se han convertido en guardianes de los bosques para evitar la deforestación y la incursión de depredadores de especies, destacó hoy el jefe del Servicio Nacional de Areas Naturales Protegidas (Sernanp), Pedro Gamboa.
"Si la población siente que le das un beneficio, entonces la población es tu aliada, por eso nosotros llamamos a todos aquellos que trabajan con nosotros un aliado de la conservación, eso nos ayuda a que ya no tengamos que hacer un manejo de control de vigilancia, ellos se van a encargar", expresó.
La Reserva Nacional Pacaya Samiria (RNPS), que tiene una extensión de 2,08 millones de hectáreas, guarda especies únicas en el mundo, como el pez paiche, delfines de agua dulce y tortugas, y cuenta con 200 comunidades nativas dedicadas a su custodia.
De acuerdo con Gamboa, "en el área protegida existen 25.000 personas, y en la zona de amortiguamiento hablamos de 75.000".
La extensión de este paraíso natural, considerado un pulmón del mundo, es de casi la mitad del tamaño de cualquier país europeo, como Holanda, Suiza o Dinamarca, lo que evidencia la importancia de preservarlo.
Por ello, Gamboa sostuvo que las poblaciones nativas que viven por miles de años en estos parajes se han convertido en aliados del Estado peruano, porque se suman a la conservación a cambio de permitirles comerciar productos silvestres.
Por su parte, Jorge López Dóriga, representante de grupo AJE, una de las multinacionales más grandes de bebidas, destacó la labor que desarrollan los guardianes del bosque.
"Ellos llevan 3.000, 4.000 o 5.000 años custodiando el bosque, en conexión con el bosque y protegiéndolo, por lo tanto, lo que tenemos que hacer es empoderar a esos guardianes del bosque y escucharlos, porque son los que realmente saben de esto", explicó.
López Dóriga, considerado un aliado del Estado en la preservación de la Amazonia, y quien impulsa el biocomercio, ha logrado una alianza con las comunidades nativas para propiciar la recolección de aguaje, un fruto de alto valor nutritivo, para procesarlo en jugos naturales.
Su labor permite a los guardianes del bosque continuar con su labor de preservar los bosques y especies que habitan estos parajes naturales y, a la vez, obtener ingresos económicos por la venta de aguaje.
Precisamente, uno de los nativos, Javier Bazán, con 10 años de experiencia, es un experto en escalamiento de la palmera para recoger aguaje.
"Nuestros padres, nuestros abuelos nos siguen enseñando a trabajar y ahora estamos realizando el mismo trabajo que ellos hacían mucho tiempo", anotó.
Bazán representa a los habitantes de las 200 comunidades nativas que habitan en la RNPS, enclavada en el corazón de la Amazonia peruana, y que mantienen sus tradiciones milenarias y su relación de respeto a la madre naturaleza.
Desde lo alto de una palmera, que tiene de 30 a 40 metros de altura, este guardián recolecta de uno a tres sacos de los cotizados frutos, y explica que no hay cifras exactas de recolección pues depende de las palmeras.
El joven escalador de palmeras, que conoce la selva como la palma de su mano, manifiesta humildad al expresar que "día a día vamos aprendiendo y vamos trabajando muy bien", pese a su habilidad para subir altas palmeras amazónicas.
Sobre la madre naturaleza, Bazán manifestó su respeto milenario, y dijo que provee de alimentos y techo a su pueblo.
"Para nosotros, está muy bien, nos enseña a trabajar y conservamos también la naturaleza, no solo en este hábitat de trabajo, sino también tiene que ver en diferentes trabajos que realizamos", agregó.