Hongkong, 02/09/2019 (El Pueblo en Línea) - Hechizados por la "independencia de Hong Kong" y las "revoluciones de color", los manifestantes radicales en Hong Kong se han involucrado en todo tipo de actividades ilegales y violentas.
Asaltaron el edificio del Consejo Legislativo, sitiaron la agencia del gobierno central en Hong Kong y mancharon la bandera y el emblema nacional.
Los radicales recolectan y usan explosivos y otras armas. No solo han sitiado las estaciones de policía y atacado a la policía, sino que también han amenazado a la policía y a sus familias en internet.
Además, han bloqueado las carreteras y el tráfico, provocado incendios y saboteado instalaciones públicas. Lo que es peor, han destrozado tiendas, destruido bienes personales e incluso han detenido y golpeado a periodistas y turistas inocentes.
Tales prácticas muestran una naturaleza de terrorismo, que es intolerable en cualquier país o región y debe ser restringida.
Bajo el motivo ulterior de derrocar al gobierno, la fuerza feroz y agresiva en Hong Kong ha lanzado ataques violentos, ha socavado el orden social y ha puesto en peligro la seguridad física de la policía y el público, exponiendo su esencia antihumana y causando un gran daño a la sociedad.
Ya sea para juzgar por la Ley contra el terrorismo de China o por la definición internacionalmente reconocida de terrorismo, los manifestantes radicales son iguales que terroristas.
Con el apoyo de fondos ilícitos y manipulados por agentes extranjeros, estas personas vestidas de negro, que colaboran con los defensores de la independencia de Hong Kong, son cada vez más extremas.
Pueden cantar consignas de "democracia" y "libertad", pero la escalada de violencia no es más que una bofetada al estado de derecho.
Aunque los manifestantes usan máscaras para cubrir sus rostros, ciudadanos inocentes han podido ver sus feas intenciones y los despreciables planes de las manos negras detrás de ellos.
Las fuerzas de "independencia de Taiwán" y las fuerzas hostiles externas como Estados Unidos y Gran Bretaña han conspirado para desestabilizar Hong Kong. Por otro lado, los manifestantes radicales han recurrido a la violencia para causar caos deliberadamente en la región.
Hong Kong está siendo empujado al punto del desastre total. Es hora de que se restablezca el orden.
Es la única opción para que Hong Kong tome medidas para controlar los radicales violentos, detener la violencia y el caos y combatir el terrorismo para proteger los intereses fundamentales de la región.
(Web editor: 王伟洋, 赵健)