PARIS, 21 nov (Xinhua) -- En su más reciente panorama económico publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) redujo su pronóstico mundial para 2020 a 2,9 por ciento, en comparación con el 3,0 por ciento de su pronóstico anterior.
La organización con sede en París advirtió del riesgo de un estancamiento de largo plazo a causa de los conflictos comerciales, el débil entorno de negocios y la persistente incertidumbre política.
Se espera un crecimiento del PIB mundial de 2,9 por ciento este año, la tasa más baja desde la crisis financiera de 2008. En 2018, el PIB mundial creció 3,5 por ciento.
Se necesitan acciones audaces para abordar tanto los altos niveles de incertidumbre que enfrentan las empresas como los cambios fundamentales por los que atraviesa la economía mundial, señaló la OCDE en un boletín de prensa.
"Sería un error considerar estos cambios como factores temporales que pueden abordarse con política monetaria o fiscal: son estructurales. Sin la coordinación para el comercio y la tributación mundial y una clara dirección de políticas para la transición energética, la incertidumbre continuará por mucho tiempo y dañará las perspectivas de crecimiento", dijo la economista en jefe de la OCDE, Laurence Boone, al presentar el panorama en París.
Se pronostica que el crecimiento en Estados Unidos disminuya a 2 por ciento en 2020 y 2021. En la eurozona y Japón se espera un crecimiento de alrededor del uno por ciento.
En la eurozona, particularmente perjudicada por las crecientes barreras comerciales debido a su economía dependiente de las exportaciones, se espera que el crecimiento de Alemania se ubique en 0,4 por ciento en 2020, 0,2 por ciento menos que en el panorama anterior.
En cuanto a Francia e Italia, la OCDE mantuvo sus pronósticos para el próximo año en 1,2 y 0,4 por ciento, respectivamente.
Se calcula que el crecimiento del volumen de comercio de bienes y servicios disminuya a uno por ciento este año, su menor nivel en una década, mostraron las cifras de la OCDE.
"Cualquier nueva escalada del conflicto comercial interrumpiría las redes de suministro y repercutiría en la confianza, los empleos y los ingresos. La incertidumbre sobre la futura relación entre la Unión Europea y Reino Unido representa otro riesgo para el crecimiento tanto como el alto nivel de deuda corporativa", advirtió.