California, 27/11/2019 (El Pueblo en Línea) - Tener entre las manos el primer registro del corazón de una ballena azul, una de las especies más grandes de la Tierra, es indescriptible. Los datos obtenidos por científicos de la Universidad de Stanford en California (EE.UU.) son sorprendentes, según ABC.
El dispositivo de grabación, una colección de sensores electrónicos encerrada en una carcasa de plástico, fue colocada cerca de la aleta izquierda de una ballena en la bahía de Monterey (California). El cetáceo los llevó durante un día.
El análisis de los datos capturados sugiere que el corazón de una ballena azul ya está trabajando en su límite, lo que puede explicar por qué las ballenas azules nunca han evolucionado para ser más grandes. Igualmente esto puede ayudar a explicar por qué ningún animal ha sido más grande que una ballena azul, porque las necesidades de energía de un cuerpo más grande superarían lo que el corazón puede sostener.
Los datos también sugieren que algunas características inusuales del corazón de la ballena podrían ayudarla a funcionar en estos extremos. Cuando el ejemplar se zambulló, su frecuencia cardíaca disminuyó. Una vez que la ballena se llenó y comenzó a emerger, la frecuencia cardíaca aumentó. La frecuencia cardíaca más alta se produjo en la superficie, donde la ballena respiraba y restauraba sus niveles de oxígeno.
Los investigadores creen que la frecuencia cardíaca sorprendentemente baja puede explicarse por un arco aórtico elástico, la parte del corazón que lleva la sangre al cuerpo. En la ballena azul, se contrae lentamente para mantener un flujo sanguíneo adicional entre latidos. Mientras tanto, las tasas impresionantemente altas pueden depender de sutilezas en el movimiento y la forma del corazón que evitan que las ondas de presión de cada latido interrumpan el flujo sanguíneo.
Ahora, los investigadores están trabajando para agregar más capacidades a la etiqueta, incluido un acelerómetro, que podría ayudarlos a comprender mejor cómo las diferentes actividades afectan la frecuencia cardíaca. También quieren probar su etiqueta en otros miembros del grupo de ballenas rorcuales, como las ballenas de aleta, las ballenas jorobadas y las ballenas minke.