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Crisis política y social activa inusitada inflación en Bolivia

Por René Quenallata Paredes

LA PAZ, 5 dic (Xinhua) -- La crisis política y social que vivió Bolivia durante más de un mes tras las elecciones del 20 de octubre provocó un acelerado crecimiento de la inflación. Según un informe del estatal Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación mensual en noviembre de este año fue de 1,11 por ciento, respecto a octubre, y el índice acumulado a 11 meses alcanzó a 3,06 por ciento.

Por su parte, el economista Luis Ballivián manifestó a Xinhua que este inusitado registro del mes de noviembre por la crisis política está generando que el país andino deje de ser líder de la región en menor índice inflacionario como sucedía en gestiones pasadas.

"Sin duda, Bolivia ha sufrido un impacto en sus indicadores macroeconómicos con la paralización del país por cinco semanas. Tendremos complicaciones con la inflación, crecimiento del déficit comercial y fiscal, estancamiento de la economía y, por tanto, una afectación al crecimiento del PIB", afirmó el ex funcionario del Banco Central de Bolivia (BCB),

La inflación de noviembre se debió principalmente al incremento de los precios de las divisiones de alimentos y bebidas no alcohólicas 2,74 por ciento; de alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar 1,88 por ciento; transporte 0,62 por ciento; bebidas alcohólicas y tabaco 0,48 por ciento; salud 0,14 por ciento, entre otros.

Por productos, los precios del plátano, carne de res sin hueso, zanahoria, carne de res con hueso y los huevos registraron la mayor incidencia porcentual positiva en noviembre y, por el contrario, el tomate, quesos, cebolla, calzados deportivos, papel higiénico y champú en frasco presentaron una incidencia negativa.

Ballivián manifestó que el alza tiene su origen en el aumento del precio de los alimentos del 2,74 por ciento, radicado especialmente en La Paz (2,49 por ciento), escenario en noviembre de una convulsión social tras la renuncia de Evo Morales.

El Programa Fiscal Financiero 2019, suscrito entre el Ministerio de Economía y el Banco Central de Bolivia, establece para este año una meta de inflación de 4 por ciento, con un rango de proyección de entre 3 y 5 por ciento.

Por su lado, Gary Rodríguez, experto en comercio exterior y economista, dijo que el bloqueo de caminos que ejecutaron los campesinos y ciertos sectores de los movimientos sociales, seguidores del dimisionario presidente de Bolivia, Evo Morales, agudizó la situación en varias ciudades bolivianas a través de la escasez de alimentos, la subida de precios y las largas filas, sumadas a la incertidumbre política y social tras las elecciones del 20 de octubre.

El bloqueo de caminos se hizo sentir en La Paz (oeste), El Alto (oeste), Cochabamba (centro), Santa Cruz (este), Sucre (sur), Potosí (noroeste), Oruro (oeste) con el desabastecimiento de los mercados.

Según el experto, debido al cerco que sufre la ciudad de La Paz, los productos alimenticios escasearon y sus precios fueron elevados hasta en un 100 por ciento.

"Otro problema que enfrentó a varias ciudades del occidente fueron el desabastecimiento de gas licuado de petróleo (GLP), combustible para las amas de casa e industrias", agregó Rodríguez.

Antes de la crisis política y social, Bolivia mantuvo controlada la inflación que en septiembre registró una variación negativa de 0,08 por ciento, respecto a agosto, y una inflación acumulada de 1,46 por ciento en los primeros nueve meses de 2019.

Rodríguez atribuyó los positivos indicadores macroeconómicos registrados en Bolivia en este primer semestre y el año pasado a la estabilidad y crecimiento favorable del país, pese a un panorama internacional adverso.

En 2018, Bolivia acumuló una inflación de 1,51 por ciento, la segunda más baja de la región después de Ecuador (0,34 por ciento), según el informe del estatal INE.

A partir de 2006, según el experto, el gobierno boliviano apuntaló como vital mantener controlados los precios de los productos esenciales de la canasta familiar y el abastecimiento a los mercados nacionales, con el fin de garantizar la seguridad alimentaria y proteger el bolsillo de la población boliviana, particularmente de los sectores más vulnerables.