Portada | China | Economía | Mundo | Iberoamérica | Opinión | Ciencia Deportes | Cultura | Sociedad | Viaje | Fotos | PTV | Tips

español>>Sociedad

Las personas que están en cuarentena aprenden a entretenerse

Pueblo en Línea  2020:02:06.11:39

Por Zou Shuo

Una mujer enmascarada camina por una calle de Wuhan, provincia de Hubei, 26 de enero del 2020. [Foto: Xinhua]

Wuhan, 06/02/2020 (El Pueblo en Línea) -Han pasado más de 10 días desde que Wuhan, epicentro del brote mortal del nuevo coronavirus, entró en una cuarentena sin precedentes. Para la mayoría de los residentes que aún permanecen dentro de sus hogares, la vida no ha sido fácil, aunque ellos hacen todo lo posible para que la situación de la epidemia no les afecte demasiado.

Desde el 23 de enero, Wuhan, capital de la provincia de Hubei y con una población de 11 millones de habitantes, ha estado cerrada a cal y canto. Todos los vuelos, trenes y autobuses desde y hacia Wuhan han sido cancelados. Las carreteras, dentro y fuera de la ciudad, permanecen bloqueadas y el transporte público suspendido. Y para limitar más aún cualquier posible movimiento también se ha prohibido la circulación de vehículos particulares.

Ante este escenario, muchos residentes encuentran nuevas formas para que el hecho de estar en casa no sea tan aburrido como parece.

En un video popular, que obtuvo más de 320 millones de visitas en la red social Sina Weibo, se ve a un hombre que en el dialecto de Wuhan grita en la oscuridad y pregunta si hay alguien afuera.

"Las personas que vivan en el edificio contiguo, abran las ventanas", exclamó. "Iniciemos un intercambio de gritos. Me estoy volviendo loco".

Más tarde, otro hombre respondió: "Eso es. También necesito hablar con alguien. Abramos nuestras ventanas y nuestros corazones para conversar".

También en las diferentes plataformas de redes sociales se han difundido videos que mostraban la rutina diaria de ejercicio de las personas: levantarse alrededor del mediodía, dar un breve paseo por su sala de estar, cocina, dormitorio, baño…para luego regresar al dormitorio.

Algunos intentan jugar al bádminton en sus salas de estar o al ping-pong en sus mesas de comedor. Otros han publicado capturas de pantalla de sus resultados de ejercicio diarios en las redes sociales, evidenciando que caminan menos de 100 pasos diarios.

Bai Yu, de 29 años, profesora universitaria en Wuhan, asegura que desde la cuarentena solamente ha salido dos veces a la calle para comprar artículos de consumo diario en las tiendas cercanas. El resto del tiempo está en casa con su esposo.

"Por lo general, nos levantamos alrededor del mediodía, mi esposo prepara el almuerzo, luego leemos las noticias y escribo y usualmente pasamos la noche viendo algunas series o programas de televisión".

"Las habilidades culinarias de mi esposo han mejorado mucho ya que no podemos confiar en los servicios de entrega de alimentos, como era antes", afirma Bai. "Sin embargo, me muero por ir a un restaurante a comer un poco de cerdo a la parrilla y sopa de costillas de cerdo".

"Creo que nuestro amor mutuo también se ha profundizado, ya que estamos pasando por un período único de tiempo juntos", añadió.

Bai considera que, en comparación con los jóvenes que son usuarios naturales de Internet y más proclives a encontrar en línea sus formas de entretenimiento, las personas mayores como sus padres y abuelos tienen más dificultades para lidiar con la vida sedentaria.

"Son más susceptibles a todo tipo de rumores sobre el virus y a nuevas y, a menudo, falsas medidas de prevención", precisa. "Su bienestar psicológico merece más atención".

Para ayudarlos a lidiar con esta situación, Bai y su esposo dialogan con frecuencia con sus padres y abuelos a través de videos conferencias.

Liu Can, de 31 años, empleado de una institución gubernamental en Wuhan, destacó que su vida no se ha visto muy afectada por la epidemia, ya que tanto ella como su esposo son personas de puertas hacia adentro.

Liu, que vive con su esposo, su hija y sus suegros, agregó que tampoco ellos han salido de su casa por otra razón que no sea ir a comprar alimentos en una tienda cercana o botar la basura.

"Básicamente, mi esposo ha pasado los últimos 10 días enganchado a los videojuegos. Él piensa que mientras haya una conexión a Internet estará bien sin tener que salir de casa".

A diferencia de su esposo, Liu ha tomado un enfoque más vigilante hacia el virus. Con frecuencia ventila la casa, desinfecta toda la ropa y utensilios de cocina y se asegura que los zapatos no se han guardado dentro de la casa.

Ella, con la ayuda de sus suegros, también cuida a su hija que tiene apenas un año.

"Con un bebé a cargo, la vida nunca llega a ser demasiado aburrida", subraya Liu. 

(Web editor: 周雨, 赵健)

peninsular

Comentario

Noticias

Fotos