Por Chen Weihua
Bruselas, 29/05/2020 (El Pueblo en Línea) -Actualmente existe una creciente preocupación por una posible “guerra fría" entre China y Estados Unidos, verificada en una escalada de tensiones en asuntos que van desde desarrollo tecnológico, inversión y comercio hasta fuerzas armadas y las regiones chinas de Taiwán y Hong Kong.
En casi todos estos campos, Washington ha sido el provocador que ha comenzado a librar guerras comerciales y tecnológicas, destruído décadas de práctica estadounidense con respecto a la región china de Taiwán y lanzado, previo a las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre, una campaña de desprestigio a gran escala contra China.
Wang Yi, consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores de China, reiteró este domingo que ambos países pueden ganar con la cooperación y perder con la confrontación.
Y añadió que China no tiene intención de cambiar, y mucho menos de reemplazar, a Estados Unidos. Sin embargo, China defenderá su soberanía, integridad territorial, derechos legítimos al desarrollo y a la dignidad y a tener su lugar en el mundo.
Mientras China y Estados Unidos deben hacer todo lo posible por evitar una nueva “guerra fría”, Europa - que sufrió en gran medida los problemas de la anterior guerra fría- puede desempeñar un papel clave en la prevención de que un escenario tan peligroso se llegue a convertir en una tangible realidad.
Durante la conferencia de embajadores de Alemania, el discurso del jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ofrece algunas pistas alentadoras.
Borrell. Al igual que el ex primer ministro sueco Carl Bildt, lamentó la falta total de liderazgo global estadounidense. Y reafirmó que Asia será cada vez más importante en términos económicos, de seguridad y tecnológicos. En este sentido, ha subrayado que considera que el siglo XXI será el "siglo de Asia".
De acuerdo a PricewaterhouseCoopers, entre las diez principales economías mundiales para el 2050 estarán cuatro países asiáticos: China, India, Indonesia y Japón. Estados Unidos ocupará el tercer lugar de la lista mundial.
Borrell admitió la creciente presión actual para elegir bandos. Pero al igual que muchos países de Asia, África y América Latina, como Unión Europea recordó que no quiere tomar partido. En cambio, aspira a "seguir nuestros propios intereses y valores (de la Unión Europea) para evitar ser instrumento de uno u otro".
China nunca ha obligado a la Unión Europea ni a ninguna otra economía a tomar partido. En lugar de los intercambios de suma cero que algunos políticos estadounidenses impulsan, China cree en la cooperación ganar-ganar. Y apoyará lo que Borrell definió como una "estrategia robusta" para China, que incluye mejorar las relaciones de la Unión Europea con países asiáticos como Japón, República de Corea y la India.
De hecho, China, Japón y República de Corea están impulsando su acuerdo de libre comercio y constituyen los principales países en la Asociación Económica Integral Regional, que se espera pueda firmarse en la Cumbre ASEAN que se celebrará a finales de este año. Por otra parte, China y la Unión Europea también esperan concluir este año su Acuerdo Global sobre Inversiones.
China y la Unión Europea son las principales fuerzas que defienden un mundo multilateral y con normas internacionales. Esto ocurre en un momento en que Estados Unidos se ha convertido en el principal disruptor global al abandonar el acuerdo climático de París, el Acuerdo Nuclear con Irán, retirarse de la UNESCO y del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, atacar a la Organización Mundial del Comercio y a la Organización Mundial de la Salud, poner fin -y de forma unilateral- al Tratado sobre las Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio y al Tratado de Cielos Abiertos y amenazar con cancelar el Nuevo Tratado Estratégico de Reducción de Armas con Rusia, lo cual pondría en peligro la seguridad europea.
Borrell considera que China se está volviendo más poderosa y asertiva. Además, su ascenso es impresionante y provoca respeto, aunque también plantea muchas interrogantes y temores. Sin embargo, el alto diplomático no cree que "estemos llegando a un momento Tucídides". En este sentido, Borrell enfatizó la importancia de una relación basada en la confianza, la transparencia y la reciprocidad. Y es por ello por lo que hoy existen altas espectativas sobre la Cumbre China-Unión Europea, a celebrarse en Leipzig.
Descartando el modelo de confrontación estadounidense, la Unión Europea y sus países miembros han ido ampliando la cooperación con China mientras también han ido manejando sus diferencias a través del diálogo, ya sea en materia de comercio o en derechos humanos. Asimismo, y tambien a diferencia de la posición de Estados Unidos, China ha estado apoyando el concepto de una Unión Europea más fuerte.
China y la Unión Europea tienen mucho que cooperar en la consecución de la "visión de una Unión Europea de próxima generación", anunciada este miércoles por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Entre las principales tareas se menciona el desarrollo de la economía digital y lograr un continente neutral en materia climática.
Por lo tanto, con acciones que pueden incluir como mínimo la negativa a tomar parte, la Unión Europea y el resto del mundo pueden y deben desempeñar una labor destacada en la prevención de un escenario de guerra fría entre China y Estados Unidos.
El autor es jefe de la corresponsalía del China Daily en la Unión Europea.
(Web editor: 周雨, Rosa Liu)