Por Shu Hua
Beijing, 15/09/2020 (El Pueblo en Línea) -El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recientemente puso en duda la exactitud de la cifra de muertes por COVID-19 en China, mientras seguía restando importancia a la amenaza global del letal virus y se hacía el de la vista gorda ante el número de fallecidos en su país.
El 1º de septiembre, el presidente Donald Trump afirmó durante una entrevista con Laura Ingraham de Fox News que miles de personas más han muerto por el coronavirus en China de lo que el gobierno ha reconocido. Cuando se le preguntó cómo sabía el número de muertes en China, cambió de tema, sin citar ninguna evidencia, recogió un reportaje de Bloomberg.
Tres días más tarde, en una rueda de prensa, Trump promocionaba sus logros repitiendo su infundada afirmación de que China tenía "muchas más muertes" que Estados Unidos, pero "China no informa", agregando que Estados Unidos está "doblando la esquina" con respecto al COVID-19.
Los comentarios de Trump llegan como respuesta a un pronóstico del IHME donde se calcula que llegado el 1º de enero del 2021, Estados Unidos tendrá que lamentar alrededor de 410.000 muertes.
Muchos se han apresurado a desmontar la información engañosa. El periodista Bob Woodward reveló en su nuevo libro que Trump sabía que el COVID-19 era más letal que la gripe, pero quería primero acabar con la crisis, informaron los medios estadounidenses.
Cuando Jonathan Karl, corresponsal de ABC, le preguntó el jueves pasado: "¿Por qué le mentiste al pueblo estadounidense?" Trump desvió la diana de esa pregunta.
"[Trump] miente, miente y sigue mintiendo", comentó Los Angeles Times.
De acuerdo a la Universidad Johns Hopkins, hasta el 14 de septiembre había más de 6,52 millones de casos diagnosticados y al menos 194.036 muertes en los Estados Unidos, realidad que lo convierte en el país más afectado del mundo.
Mientras que los políticos estadounidenses siguen difamando a China para desviar su responsabilidad ante el pueblo estadounidense y el mundo, la vida en China regresa a la normalidad. La Comisión Nacional de Salud informó este domingo que en toda China continental no se han notificado nuevos casos de COVID-19.
China está ahora enfocada en la recuperación económica. En agosto, Qingdao celebró su Festival de la Cerveza, atrayendo a 1,21 millones de visitantes. A principios de septiembre, unas 6.000 empresas e instituciones de todo el mundo se unieron en la Feria Internacional para el Comercio de Servicios (CIFTIS) celebrada en Beijing.
Estudiantes participan en la ceremonia de apertura de un nuevo semestre en Wuhan High School, provincia central china de Hubei, 1º de septiembre del 2020. (Foto: Xinhua/ Xiao Yijiu)
Incluso Wuhan, la ciudad que informó por primera vez del brote, ya recuperó su vitalidad después de meses de confinamiento: las escuelas funcionando desde el 1º de septiembre, los restaurantes y parques llenos de gente y los mercados nocturnos pletóricos de vida.
Hasta el jueves, el número total de casos de COVID-19 confirmados en China continental se cifraban en 85.168 contagiados y 4.634 fallecidos, balance que demuestra una tasa de curación de más de un 94 por ciento.
Detrás de los logros en la lucha de China contra el nuevo coronavirus están las acciones determinadas por el gobierno chino. Bajo el principio de las autoridades centrales chinas de "no dejar pacientes desatendidos", la protección de China abarca a todos los hombres y mujeres, niños, ancianos, discapacitados y de bajos recursos.
Tomando como ejemplo a los ancianos, más de 3.000 pacientes mayores de 80 años, incluidos siete centenarios, han sido curados, y muchos de ellos han regresado a a vida desde condiciones críticas, afirma un libro blanco sobre la lucha de China contra el COVID-19 emitido por la Oficina de Información del Consejo de Estado.
(Web editor: 周雨, Rosa Liu)