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Pablo V. Rovetta, responsable de la página web “Reflexiones Orientales”: Seguiré con la costumbre de limpiar bien la casa

Pueblo en Línea  2021:02:09.16:03

Beijing, 09/02/2021 (El Pueblo en Línea) -El Año Nuevo Chino o Festival de la Primavera es la festividad más importante del calendario lunar en el gigante asiático. Durante esta celebración, la familia honra a sus ancestros, se deleitan con suculentos platos, regalan “sobres rojos” a los niños y piden por un ciclo de buenas cosechas.

En esta nueva serie de testimonios titulada “Año nuevo chino del Buey: prosperidad a través del esfuerzo, la tenacidad y el paciente trabajo”, Pablo V. Rovetta, responsable de la página web “Reflexiones Orientales”, comparte sus experiencias sobre el Festival de la Primavera, una solidaria vivencia que permite entender mejor la cultura y ancestrales tradiciones del pueblo chino.

Pablo V. Rovetta, responsable de la página web “Reflexiones Orientales”

Mi primera Fiesta de la Primavera fue en el año 1976

Mi primera Fiesta de la Primavera fue en el año 1976, cuando yo tenía 18 años. Pasamos, junto con mi familia, la víspera de la llegada del nuevo año, en la casa de una familia china, compañeros de trabajo de mi padre. Juntos hicimos jiaozi. Desde entonces creo que he pasado más de veinte Fiestas de la Primavera en China. Para mí fue una experiencia nueva. Todo el país se vestía de fiesta; los familiares, amigos, compañeros de trabajo, se reunían desde muchos días antes de la celebración oficial, a comer y disfrutar juntos. En el campo y en las afueras de Beijing se organizaban fiestas especiales con danzas del dragón y desfiles y bailes. Me impresionaba como millones de personas se desplazaban para regresar a sus lugares de origen y pasar la fiesta junto con sus seres queridos. Hoy esa tradición se sigue manteniendo, pero debido al desarrollo de China y a la mejora en la calidad de vida de sus habitantes, la fiesta es desde hace unos años cada vez más espectacular, con todas las calles y edificios iluminados y con decoraciones especiales. A través de esta fiesta fui consciente de la importancia que el pueblo chino le da a la familia, a la unión familiar, y al espíritu festivo y alegre de la gente.

Foto proporcionada por Pablo V. Rovetta

Seguiré con la costumbre de limpiar bien la casa

Lamentablemente, por la situación actual del coronavirus, estoy confinado en Madrid donde las celebraciones de más de seis personas no están permitidas. Hasta hace un año, si yo no estaba en China, lo celebraba con las fiestas que organizaba la comunidad china en Madrid, pero ahora eso es imposible. Seguiré con la costumbre de limpiar bien la casa e intentaré conseguir unos jiaozi. Pero lamentablemente no será lo mismo que los años pasados.

En Navidad y el Año Nuevo en Uruguay también se come mucho y muy variado

Bueno, en Uruguay y otros países occidentales tenemos la fiesta de la Navidad y el Año Nuevo. A pesar de las connotaciones religiosas que en un principio tuvo la Navidad, en realidad desde hace mucho tiempo son días de fiesta para todos los habitantes, sean o no creyentes. Esos días se parecen mucho a los de la Fiesta de la Primavera en China: hay reuniones familiares, de amigos, de compañeros de trabajo y en especial la noche del 31 de diciembre la familia debe intentar estar junta. Una gran diferencia es que en Uruguay tanto Navidad y Año Nuevo, como la Fiesta de la Primavera, tienen lugar en plena estación de verano y por eso hay mucha actividad fuera de las casas. Se come mucho y muy variado, y al igual que en China, comemos nuestras comidas típicas. La noche del 31 de diciembre todas las ciudades y pueblos se iluminan con el color de los fuegos artificiales.

En el 2020 cambiaron muchas cosas en nuestra vida

Efectivamente, creo que el año 2020 fue uno de los más difíciles para toda la humanidad desde finales de la II Guerra Mundial. Como para casi toda la población, en el 2020 cambiaron muchas cosas en nuestra vida; nuestra forma de comunicarnos, de saludarnos, de viajar, de comer, de comprar, y un largo etc. Fue un año de encierros y de cuidarse mucho. Mucha gente lo pasó mal porque perdió a sus seres queridos. Yo por suerte pude hacer dos viajes a Montevideo para visitar a mi familia, desde Madrid, ciudad en la que vivo actualmente.

Ojalá que con la llegada del “Año del buey” las cosas empiecen a mejorar, aunque la recuperación no será fácil debido a que los daños y las pérdidas han sido muy graves. China, en este sentido, ha sido el país que ha podido recuperarse mejor, aunque seguramente también deberá enfrentarse a dificultades. Mi mayor deseo es que la situación se mejore a nivel mundial, y que yo pueda viajar a Beijing, y si lo hago, lo primero que haré será comer un gran plato de jiaozi.

Pasar de “comer para llenarse” a comer bien

El desarrollo experimentado por China desde entonces, y la mejora del nivel de vida de su población, ha sido muy espectacular y por eso, a pesar de que las tradiciones son las mismas, la Fiesta de la Primavera en la actualidad es en muchos aspectos muy diferentes a la de la China de los años setenta. En primer lugar veamos el nivel de vida de la gente. En los años setenta, la Fiesta de la Primavera era, en muchos casos, la única oportunidad del año cuando la gente podía mejorar su alimentación. En concreto había regiones o grupos de ciudadanos que sólo en esas fechas podían comer carne. En la Universidad donde yo estaba, y en otras entidades, se repartían huevos u otros alimentos entre los estudiantes o los empleados de las instituciones.

Esto es algo impensable en la China del 2021. El nivel de vida de su población ha mejorado tanto que podemos decir que se ha pasado de “comer para llenarse” a comer bien. La carne, el pescado o muchos otros alimentos básicos, como el aceite, los cereales, etc., ya no están racionados como entonces. De la misma forma, ahora –a diferencia de entonces -es normal que compañeros de estudio, de trabajo o amigos, se reúnan en un restaurante para celebrar con una buena comida esa fiesta.

Los cambios en lo social también han sido muy importantes. En los años 70 no existía libertad de movimiento para los ciudadanos chinos dentro de su país, y tenían que obtener una “Carta de Presentación” para poder tomar un tren. Muchos matrimonios de entonces vivían separados geográficamente, y la Fiesta de la Primavera era la única oportunidad del año durante la cual se podían reunir.

En la actualidad, cualquier ciudadano chino no sólo puede desplazarse libremente por todo el país, no sólo para visitar a sus familiares, sino para hacer turismo interno. Aparte de esto, hasta antes del estallido del coronavirus, eran millones los que aprovechaban estas vacaciones para hacer turismo en otros países del mundo.

Foto proporcionada por Pablo V. Rovetta

Ahora existe una red de trenes de alta velocidad

Un factor muy importante ha sido el desarrollo y la mejora de las infraestructuras del país. En los años setenta el tren –muchas veces de vapor- era prácticamente el único medio de transporte, y se trataba de aquellos viejos vagones verdes que iban muy despacio y que en algunos casos, requerían más de un día de viaje, para ir y para volver. Aparte de eso, al llegar a la estación de tren, para desplazarse a sus localidades, y debido a la falta de buenas infraestructuras, podían tardar fácilmente uno o dos días más en llegar a su lugar de destino. Ahora existe una red de trenes de alta velocidad que se extiende a lo largo de la geografía china y que ha acortado las “distancias”; lo que antes requería un día de viaje, ahora se hace en unas horas. Aparte de eso, el tren ha dejado de ser el único medio de transporte. La población se puede desplazar en autobuses a lo largo de la red de autopistas, en sus propios coches, o incluso utilizando otros medios de transporte como el avión, todo eso impensable en los años setenta.

Dos faroles con las palabras (“Fiesta de la Primavera”)

Por último, el desarrollo que se ha producido en China, tanto en sus ciudades como en el campo, junto con el aumento en la calidad de vida de su población, hacen que ahora el ambiente de las ciudades y poblaciones del país sea mucho más festivos que antes. En mis años de juventud en Beijing la decoración de las edificios se limitaba a dos faroles con las palabras (“Fiesta de la Primavera”) y por la noche se iluminaban los contornos de algunos edificios emblemáticos de la ciudad. En la actualidad en todo el país se vive un ambiento verdaderamente festivo, donde las calles, los edificios, las tiendas, los restaurantes, las aceras, se llenan de color, principalmente el rojo, y de faroles y carteles deseando felicidad para todos.

Estos cambios han tenido lugar gracias al gran desarrollo que ha experimentado el país en las últimas décadas, y en especial en los años recientes, con grandes avances en el sector de las infraestructuras, de la inteligencia artificial, de los medios modernos de telecomunicación, y lo que es más importante, por los éxitos obtenidos bajo la dirección del presidente Xi Jinping en el alivio de la pobreza. Eso permitirá a los más de 1.400 millones de ciudadanos chinos pasar unas fiestas con alegría, disfrutando de comidas, encuentros, programas especiales de radio y televisión, espectáculos y un largo etcétera. 

(Web editor: 周雨, 赵健)

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