Por Hu Meidong
En una reciente actividad al aire libre celebrada en el Parque Baimahe de Fuzhou, provincia de Fujian, una mujer de pelo gris ganó aplausos por sus diestras habilidades corporales.
Sin embargo, Jiang Xuezhen, de 77 años, no es ni gimnasta ni bailarina. Ella es una sencilla jubilada que ha practicado tai chi durante más de 30 años y se ha convertido en una estrella local durante este proceso.
A la edad de 45 años, Jiang se retiró de una fábrica de ropa debido a su mala salud. Mientras caminaba en el Parque Xihu, se sintió atraída por un grupo de personas que practicaban Tai Chi.
"En ese momento pensé que asumir esta actividad podría hacerme más fuerte y saludable", confiesa. "Luego compré algunos videos y comencé a aprender Tai Chi con ellos”.
"Después de un largo período de ejercicio, la salud de Jiang mejoró gradualmente. Su esposo también abrazó dicha práctica y juntos ofrecieron un curso de capacitación para ayudar a los interesados.
"Al principio, mis piernas estaban muy rígidas. Pero después de cerca de 15 años practicando Tai Chi mantengo la flexibilidad necesaria para realizar las posturas más difíciles", asegura la anciana. "Siempre he creído que si perseveras en algo, podrás llegar a hacerlo bien".