En la década de 1950, cuando la industria textil en Shanghai era un pilar de la economía china, una película sobre trabajadores textiles se convirtió en un gran éxito en todo el país.
Titulada “Huang Baomei”, la película tomó el nombre y vida de una trabajadora textil. Incluso fue protagonizada por la propia Huang.
El mes pasado, la verdadera Huang Baomei fue una de las 29 personas galardonadas con la Medalla 1º de Julio, el más alto honor que recibe un miembro del Partido Comunista de China.
La señora de 90 años destacó que haber formado parte de la película fue uno de los momentos más emocionantes de su vida. "Estaba tan nerviosa que la escena donde camino desde la puerta hasta la ventana tuvo que ser filmada ocho veces".
A pesar de los nervios de Huang, la película se terminó y estrenó. Soong Ching Ling, una de las vicepresidentas del gobierno central, vió el filme cuando visitó la fábrica de Huang en 1958.
"Después que se estrenó la película, algunas personas me recomendaron que me pasara a la actuación", recuerda Huang. "Pero decidí no hacerlo. Yo creía que mi carrera estaba en los talleres textiles, sin los cuales hoy no sería nada".
Hablando de la medalla que recibió en junio, Huang confesó que estaba feliz aunque no cree que haya hecho nada extraordinario.
"El premio honra a todos los miembros del PCCh de Shanghai", añadió. "Aprenderé las historias de los otros galardonados, continuaré sirviendo a la gente, ayudaré a los necesitados y alentaré a la generación joven a estudiar y trabajar más duro".
Nacida en un pueblo en lo que hoy es la Nueva Área de Pudong, Huang comenzó a trabajar a los 12 años sacando sal del agua del río.
"La vida era dura antes de la liberación", reconoce. "Era un gran desafío poner suficiente comida en la mesa".
Cuando tenía 13 años, comenzó a trabajar en una fábrica textil dirigida por japoneses. "Trabajábamos 12 horas diarias como mínimo y teníamos que someternos a un registro corporal cada vez que entramos o salíamos de la fábrica", recuerda Huang.
La situación cambió el 27 de mayo de 1949, momento en que cuando Shanghai fue liberada. La fábrica en la que trabajó fue más tarde renombrada como Fábrica Nacional de Algodón No. 17, quedó bajo la propiedad del gobierno local.
"Nosotros mismos seleccionamos el jefe de la fábrica", subraya Huang. "Los trabajadores realmente nos convertimos en los dueños de nuestra fábrica y tomamos el control de nuestro destino. Mi gratitud al país se convirtió en una desvelo por confeccionar más ropa".
En 1953, debido a su historial de supervisión simultánea de 1.000 husillos, con 22 años fue reconocida por la Federación de Sindicatos de China como uno de los primeros Trabajadores Modelo.
Después de siete días en un tren hacia Beijing, Huang se reunió con el presidente Mao Zedong en la ceremonia de premiación. En 1955, se reunieron cuando Mao visitó Shanghai.
“Lo recuerdo sonriendo y exclamando: los trabajadores textiles son respetables y tienen la responsabilidad de vestir a la gente”.
Motivada por sus palabras, Huang pasó a mejorar las operaciones de tejido en su fábrica, logrando una reducción de un tercio en los costos de la mano de obra. También transmitió sus habilidades a los aprendices.
Después de protagonizar la película, Huang fue siete veces Trabajadora Modelo, a nivel municipal y nacional.
Aunque se jubiló en 1987, Huang todavía contribuye al desarrollo de la industria textil en Qidong, provincia de Jiangsu, y en Shihezi, Región Autónoma de Xinjiang Uygur. Ella asesora en asuntos como la compra de equipos, la selección de trabajadores y la capacitación. También se ha ofrecido como docente en sitios revolucionarios de Shanghai.
"La vida ahora es mucho mejor que nunca, pero la historia no debe olvidarse", aconseja Huang, que ahora vive con su hijo y su familia.
"No podemos dar por sentado que habrá felicidad. El trabajo duro y la dedicación siempre están en el centro de las herramientas para fortalecer al país".