Ma Chaojin (a la izquierda), Ma Chaosheng (a la derecha) y otros miembros de la familia posan para una foto de grupo. (Foto: Diario de China)
Por Wang Jian y Li Hongyang
En el transcurso de 19 años, los miembros de una familia de Nanchang, en la provincia de Jiangxi, han donado 136.100 mililitros de sangre, manteniendo en alto su responsabilidad y alentando a otros a seguir su ejemplo.
"Donar sangre se ha convertido en un hábito. Incluso cuando viajo a algún lugar, como a Heilongjiang o Henan (provincias), voy al centro de sangre local para donar", afirma Ma Chaojin, miembro de la familia.
Este vendedor de 44 años, que siempre está inmerso en viajes de negocios, asegura que la donación regular de sangre lo mantiene saludable, tanto física como mentalmente.
"Para asegurarme de superar el examen médico previo a la donación, tengo que llevar un estilo de vida autodisciplinado y saludable. Una semana antes de la donación no puedo tomar ningún medicamento, beber alcohol o comer carne. También debo estar bien descansado", asegura.
Al principio, Ma donaba 400 ml de sangre cada seis meses. A partir del 2012, comenzó a donar plaquetas de aféresis cada seis meses. Hasta ahora, 116 veces ha donado plaquetas.
"Donar una cantidad moderada de sangre ayuda a promover la producción de sangre en el cuerpo, y los resultados de los análisis de sangre también me ayudan a comprender mejor mi condición física", destaca.
Sin embargo, Ma Chaosheng, el hermano mayor de Ma Chaojin, casi no puede donar debido a un índice sanguíneo poco saludable.
Este hombre de 49 años, que enseña ingeniería informática en el Nanchang Business College de la Universidad Agrícola de Jiangxi, cuando fue a donar sangre descubrió que tenía el hígado graso. El hallazgo le obligó a realizar ejercicios físicos para mejorar su salud.
"Me sentí incómodo al ver mi alto índice de grasa en el hígado. Después de esa prueba, caminé 10 kilómetros al día durante varios años, incluso en días lluviosos. Trascurrido un tiempo, mi índice volvió a la normalidad", recuerda el profesor Ma.
Él donó sangre por primera vez el 4 de octubre del 2002.
No sintió ningún efecto secundario, y dos días después, le sugirió a su esposa Peng Yiqin que donara sangre.
Peng, de 48 años, que trabaja en una gasolinera, hasta ahora ha donado 112 veces y sirve como voluntaria en una organización de donaciones de sangre.
"Me gusta el voluntariado. Los donantes de sangre y los voluntarios son generalmente personas vigorosas, lo que hace que sus vidas estén llenas de energía", asegura Peng. Ella ha ofrecido 2,100 horas de su tiempo y ha ganado el título honorífico "Voluntaria de cinco estrellas", otorgado por el Centro de Sangre de Jiangxi.
Ma Chaosheng, Ma Chaojin y Peng han donado sangre más de cien veces, asegura el centro.
Ma Chaojin afirma que la familia comenzó a hacerlo para salvar vidas.
En 2010, su padre necesitaba sangre tipo O para la cirugía de cáncer gástrico, pero ninguno de los dos coincidía, por lo que recurrieron a los bancos de sangre.
"Como habíamos donado sangre tantas veces, el hospital no solo le dio prioridad a mi padre, sino que también nos reembolsó el costo de la sangre", precisó Ma Chaojin.
"La experiencia me hizo darme cuenta de que es bastante significativo que hayamos donado sangre durante tantos años. También sentí un sentido de urgencia y la responsabilidad de ayudar a otros a través de mis donaciones. No sé a quién ayudará mi sangre, pero estoy seguro de que irá a los necesitados. No tengo un objetivo en particular, y donaré sangre siempre que pueda".
Ma Chaojin destacó que su padre, fallecido en el 2011, les enseñó a no ir por el mal camino y a nunca dejar de hacer buenas acciones, por pequeña que parezcan. Incluso un poco de amabilidad ayuda a las personas a sobrellevar sus dificultades diarias.
Su comportamiento ha influido en los demás de una manera positiva. La hija de Ma Chaosheng, Ma Yidan, solía tener miedo a las inyecciones, pero aún así eligió conmemorar sus 18 años donando sangre.
"Desde que comenzamos a donar en 2002, muchas personas han seguido nuestro ejemplo. En el centro de donación cerca de mi casa, la mayoría de los que van a donar son todos conocidos", subraya Ma Chaojin.
A pesar de esto, dijo que la familia nunca ha tratado de persuadir a otros para que donen sangre a menos que pregunten sobre hacerlo primero.
"Si habláramos con la gente para que done sangre, el resultado no sería el mismo. El ejemplo ejerce una mayor influencia", añadió.
Por ejemplo, Ma Chaojin cuando come con amigos suele deslizar la idea de que no puede beber ni comer alimentos aceitosos porque va a donar sangre.
"Eso puede ayudar a que se interese", admite.
Ma no cree donar sangre sea perjudicial para su salud.
"El personal del centro de sangre es profesional y previene de posibles daños para los donantes. En la mayoría de los casos, no hay necesidad de preocuparse. Además, el centro tiene regulaciones y estándares sobre la frecuencia de las donaciones. También ajusta la cantidad de sangre tomada de acuerdo con la condición física de cada persona".
La Comisión Nacional de Salud de China ha insistido en que un suministro de sangre adecuado, seguro y constante es importante para salvar vidas humanas y detalló que el número de donaciones de sangre no remuneradas en todo el país aumentó de 328.000 (1998) a 15,53 millones (2020), un 47 por ciento superior.
Asimismo, la tasa de donación de sangre por cada 1.000 personas ha aumentado de 4,8 (1998) a 11,1 (2020).
(Web editor: 周雨, Zhao Jian)