Guangbing, un pastel de sésamo al horno chino, trae nostalgia a la gente de la provincia de Fujian. [Foto proporcionada a chinadaily.com.cn]
Guangbing, un pastel de sésamo al horno chino, trae nostalgia a la gente de la provincia de Fujian.
Con harina, álcali dietético y sal, el pastel, no más grande que la palma de una mano, puede cocinarse fácilmente y se vende por alrededor de 1 yuan (0,14 dólares) en las calles. A los lugareños les encanta, no solo por su sabor crujiente y salado, sino también por una historia legendaria.
Durante la dinastía Ming (1368-1644), el general Qi Jiguang trajo un ejército para luchar contra los invasores japoneses en Fujian. Debido a la lluvia continua, no podían cocinar para los soldados, por lo que Qi creó una especie de pastel con un pequeño agujero en el medio. Los soldados podían unir los pasteles y cargarlos mientras luchaban contra el enemigo. Las siguientes generaciones llamaron al pastel guangbing en honor a Qi.
Fujian, en el este de China, no es un área tradicional de producción de trigo, pero los residentes locales tienen un vínculo emocional muy arraigado con el guangbing, ya que no solo contiene recuerdos de la infancia, sino también una corriente de importancia histórica, además de simbolizar la herencia de la cultura.
Ahora, el pastel se puede cocinar de varias maneras. Por ejemplo, a algunos les gusta añadirles carne de cerdo o camarones secos y cebollín chino; algunos los fríen con tripas, molleja de pato o adobo; y algunos los rompen en pedazos y los hierven con sopa.
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