China publica confesiones de criminales de guerra de Japón

Actualizado a las 04/07/2014 - 09:08

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BEIJING, 3 jul (Xinhua) -- Las confesiones de 45 criminales de guerra japoneses juzgados y sentenciados por tribunales militares en China después de la Segunda Guerra Mundial se publicarán a partir de hoy jueves en internet de forma diaria durante un período de 45 días.

Las confesiones escritas, junto con traducciones en chino y resúmenes tanto en chino como en inglés, se harán públicas en la página web de la Administración Estatal de Archivos, dijo el subdirector de la entidad, Li Minghua, en una rueda de prensa.

"Estos archivos son evidencias contundentes de los crímenes atroces cometidos por el imperialismo japonés contra el pueblo chino", destacó Li.

"El primer ministro japonés, Shinzo Abe, haciendo caso omiso de la justicia histórica y la conciencia humana, ha venido confundiendo públicamente lo negro con lo blanco, engañando al público y embelleciendo la historia de agresión y la dominación colonial japonesa desde que asumió su cargo", recordó Li.

Sus actos son un desafío a los logros de la Segunda Guerra Mundial y el orden internacional de la postguerra, afirmó.

"La Administración Estatal de Archivos comienza a publicar en línea las confesiones de los criminales de guerra japoneses con antelación al 77º aniversario del Incidente del 7 de Julio con el objetivo de recordar la historia, tomarla como un espejo, apreciar la paz y prevenir la repetición de este tipo de tragedias históricas", añadió Li.

El Incidente del 7 de Julio, también conocido como "Incidente Lugouqiao", representó el inicio, en 1937, de la guerra contra Japón, que duró ocho años y causó la muerte a 35 millones de chinos.

La confesión de 38 páginas de longitud de Suzuki Keiku, que sirvió como subcomandante del 28º Regimiento de Infantería, y más tarde como teniente general y comandante de la 117ª División del ejército japonés, ha sido la primera en ser publicada.

Suzuki ordenó al coronel Taisuke "incendiar las casas de unas 800 familias y sacrificar a 1.000 campesinos chinos en una operación de limpieza" en el área de Tangshan en enero de 1942. "Asesinó a 1.280 campesinos en la aldea de Daizhuang, Panjia, distrito de Luanxian, a tiros, a bayonetazos, a cuchilladas y enterrándolos vivos, y quemó las casas de las 800 familias de la aldea" en octubre de 1942. Además, "ordenó establecer estaciones de confort en las regiones ocupadas por las tropas japonesas, y convenció a 60 mujeres chinas y coreanas para que sirvieran como mujeres de confort" en 1945.

Li dijo que las confesiones, que están firmadas por los criminales de guerra, son escáneres de los originales.

Según Li, había 1.109 criminales de guerra nipones bajo custodia en China entre 1950 y 1956. Entre ellos, a 1.017 con delitos menores se les eximió de ser juzgdos y fueron puestos en libertad en 1956; a otros 45 se les procesó en juicios abiertos en tribunales militares especiales supervisados por el Tribunal Popular Supremo ese mismo año.

A los 45 se les condenó a penas de prisión de entre ocho y 20 años por los cargos de planificación e implementación de una política de agresión, fabricación de armas químicas, utilización de gas venenoso, realización de experimentos en seres humanos vivos, asesinato, robo, reclutamiento forzoso de "mujeres de confort", violación y expulsión de residentes locales de sus hogares.

De acuerdo con Li, la administración está poniendo en orden archivos de confesiones de los 1.017 con delitos menores y las hará públicas en el futuro.